Revista Digital de El Quinto Hombre

ABDUCCIONES: ENFOQUES PSICOLOGICOS DE LOS TESTIGOS - Parte II

Por el Doctor en Psiquiatría don Mario Dussuel Jurado. (Chile)







En la nota anterior vimos el RACIONALISMO INGENUO de los antiguos, aquí empezamos por preguntarnos, ¿porqué la discordancia?. Así como el escolástico medieval partía del supuesto que la razón generadora era unívoca a Dios, esto se contradecía cuando un jurista de gran peso entraba en franca contradicción, surgiendo la pregunta cartesiana ¿de qué puedo estar cierto?, ¿Es posible el conocimiento certero?.
Allí, justamente, estaba la crisis. Es decir se había perdido la certeza cuando varias personas con autoridad y conocimiento afirman cosas totalmente opuestas sobre un mismo fenómeno, en este caso el jurídico.

La influencia de Descartes en esa época, es extraordinaria, cuando él afirma: "La res cogitas -que son aquellas cosas existentes sólo en el pensamiento - y la res extensa -que son todas las cosas existentes en la realidad fenoménica, esas que no puedo conocer como tal a modo aristotélico, pero sí las puedo conocer externamente mediante la aplicación de alguna medida, como: largo, ancho y alto.
No es difícil entonces imaginar la respuesta cartesiana frente a la pregunta de la existencia de vida extraterrestre; esto sería para él una ilusión de la imaginación, fabricada con los datos erráticos de los sentidos, no siendo susceptible aplicarle una medida y por lo tanto invalida su existencia al no tener una posibilidad de conocimiento certero.
En esta visión panorámica del pensamiento, no podemos dejar de mencionar el racionalismo moderno, que surge después de Descartes y que encontraba su realidad en el desempeño unilateral de la razón.
Para Kant, los sentidos proporcionan información que es usada por la imaginación para elaborar una imagen de realidad; pero las intuiciones, tiempo y espacio, las incluye en el sujeto que él llama "trascendental" creando así un sujeto que es todo, sin ser ninguno en particular; así creó un "sujeto objetivo", una imagen que pasa al intelecto, en donde se le aplican categorías y se extrae en conocimiento.
Como se puede ver, las categorías kantianas se clausuran en su sistema y no contemplan una clase de hechos como los estudiados por la Ovnilogía, más bien lo consideraría como un remanente supersticioso de la Edad Media o, los desvaríos de un perturbado.
Entremos a enfocar el siguiente paradigma, que estaría destinado a convertirse en el paradigma hegemónico en Occidente, que definió durante 200 años, lo que era objeto de estudio científico.
El positivismo, que comienza con la preocupación por la atmósfera psicologísta y metafísica que rodeaba al quehacer científico en la concepción kantiana, las nociones de "Categorías", "Sujeto trascendental", constituían realidades no comprobables o palpables, y por ende un planteamiento débil de la actividad científica.
El contexto histórico que alumbra el positivismo, es el "Siglo de las luces" -el siglo XVIII- se consolida en el XIX y se mantiene gran parte del XX. Plantea la idea del progreso humano mediante el conocimiento científico de las leyes que regirían la naturaleza.

La ciencia es un discurso del conocimiento empírico más allá de un científico escindido del mundo, con un delantal y gafas, encerrado en su laboratorio, con un método que lo salvaría de sus prejuicios predilectos, estados de ánimo, o cualquier otro elemento subjetivo que pudiera perturbar los resultados de las investigaciones.
Ahora se sabe que esto no es así. Por cuanto el científico, es además un ser social y proviene de un fondo cultural específico. Por ejemplo, en Occidente, se sigue buscando una teoría que explique el origen de todo, desde un principio absoluto, influenciado en la noción aristotélica de la causa cero o motor sin principio ni fin, que mueve a todo lo demás.
Análogamente, un científico socializado en el seno de una sociedad occidental católica tendería a preferir teorías de este estilo.
Para el positivismo, todo aquello que no sea fáctico y no comprobable en la realidad, es metafísica y no ciencia. Al respecto, los estados psicóticos y psicopáticos, sólo son estudiables cientificamente si se expresan en manifestaciones conductuales concretas; así se entiende hoy el objeto y método de la psiquiatría y psicología conductista.
Para el positivismo, los problemas de las ciencias son solo problemas de inexactitud en el lenguaje, así cuando las ciencias acuerden un código común al traducir sus resultados (las matemáticas, los números, la estadística), se acabarían los problemas producidos por la inexactitud de los signos y códigos con los cuales nos referimos a las cosas.
Como podemos ver, el positivismo no se preocupa por la epistemología del conocer, puesto que, supone que la percepción humana es idéntica e isomórfica en todos los seres humanos, por lo mismo, confía en un método de laboratorio riguroso, y de hecho sobrevalora ese método.
Desde esta perspectiva, el positivismo podría considerar "un avistamiento" como algo no estudiable por la ciencia o bien como un estado delirante producido por un cuadro psicótico.

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