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Revista Digital de El Quinto Hombre
EN FILIPINAS: LA LOGURGIA -
CURACION Y CIRUGIA POR MEDIO DE LA MENTE - Parte
II
por Dr. Hans Naegeli Osjord (Suiza)
El rechazo sin investigación le ha sucedido también
al fenómeno de la cirugía por medio de la mente. Junto a muchas personas,
faltas con frecuencia de espíritu crítico, que han ido en busca de curación,
se han interesado en el tema, periodistas, filósofos y parapsicólogos,
que han ido a Filipinas y permanecido allí durante meses. Comprobaron
una enorme variedad de formas de aparición y de prácticas curativas.
En las cirugías psíquicas, el operador abre
el cuerpo del paciente con el sólo accionar de sus manos
y llega a extraer materias que en el análisis evidencian
elementos químicos poco habituales
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El ilustre parapsicólogo alemán profesor Hans Bender,
ocupante de la única cátedra existente hasta ahora en Alemania, se asoció,
desgraciadamente, con una revista que - si debo creer a las numerosas
manifestaciones de testigos - se había propuesto de antemano el objetivo
de negar los fenómenos con el fin de contrarrestar el malsano tumulto,
en lo que estoy de acuerdo, de los viajes de pacientes a los terapeutas
más famosos. Este equipo puso manos a la obra de una forma muy poco psicológica.
En lugar de adaptarse al conjunto de circunstancias existentes y comenzar
a observar con neutralidad, estos periodistas trataron desde el principio
de atrapar al curandero en una superchería, con lo que, naturalmente,
el clima se vició desde el comienzo. Estos terapeutas son personas muy
sensibles, que detectan rápidamente las actitudes negativas, por lo que
los escépticos fueron pronto expulsados y éstos, como es natural, se reafirmaron
en sus sospechas. El resultado fue que tanto el equipo de periodistas
como el profesor Bender sólo pudieron presenciar un número insuficiente
de operaciones. Incomprensiblemente, el profesor Bender dejó de investigar
en aquellos lugares y curanderos que yo le había indicado en una conversación
previa introductoria. Se trataba de aquellos curanderos que, por la facticidad
de sus operaciones con la mente, eran el testimonio más impresionante.
Es verdad que Bender no negó que Agpaoa, el único curandero que visitó,
tuviese algunas cualidades extraordinarias. Pero tenía la "impresión"
de que esas cualidades estaban disminuyendo, por lo que Agpaoa se veía
obligado a utilizar trucos engañosos. Los periodistas de la revista "Stern"
basaron todo el desarrollo de su prueba en un detalle de una sola diapositiva,
del cual ellos concluían la existencia de una hoja roja que Agpaoa extendía
para aparentar una abertura en el cuerpo. A pesar del ruego de la Sociedad
Suiza de Parapsicología de que se le enviase la diapositiva para poder
juzgar de su valor, le fueron enviadas veinte no pedidas, pero no aquella
que se había utilizado como prueba del engaño.
Posteriores ruegos de envío de la diapositiva en cuestión
han quedado sin respuesta. Esto hace surgir la idea - al menos provisionalmente
- de que esta diapositiva, empleada como pieza clave de la contraprueba,
no podrá superar la criba de los criterios científicos.
A mayores dificultades conducen
los análisis de los órganos extirpados y de los tejidos, que con frecuencia
no son claramente iguales que los que se extraen del cuerpo en nuestras
operaciones. Sobre esto informaremos más adelante.
La curación y la cirugía por
medio de la mente no son de ningún modo fenómenos surgidos en nuestro
tiempo, sino que, por el contrario, son expresión de un arte primitivo
de curar que hunde sus raíces en las costumbres mágicas de las culturas
primitivas y en aquellos pueblos que aun hoy no están intelectualizados.
Las culturas mágicas intentan influir sobre el entorno y sobre el cuerpo
humano utilizando preferentemente fuerzas anímico-mentales, mientras que
nuestras llamadas culturas superiores lo hacen con medios químico-técnicos.
De acuerdo con esto, queda determinado el arte de curar de ambas culturas.
La acción mágica se apoya en la realidad filosófico-natural de las analogías
de las fuerzas espirituales con el acontecer material. Para expresarlo
brevemente, se trata de un esfuerzo por trasladar lo ideal (pensado) a
lo real (material). Para esto se recurre a actos creativos peculiares.
El profesor Wolfgang Kretschmer escribe en su trabajo "Magia
y Ciencias de la Naturaleza" lo siguiente: Todo nuestro mundo interior parece ser un gran campo de fuerzas que no
podemos valorar; y de las que sólo podemos y debemos hablar como de algo
mágico". La magia pertenece a un plano del ser distinto de aquel con
el que estamos habituados a encontrarnos en la vida cotidiana. A los que
creen que la magia se apoya en el engaño y la superchería, permítannos
recomendarles el trabajo de este famoso psiquiatra alemán, cuyo nombre
ha atravesado las fronteras de su patria.
"...Vimos a una logurga (sanadora) sacar del cuello
de una paciente una mano llena de pelos de arroz..."
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La medicina que
se enseña en nuestras universidades es para sus representantes la única
que puede ser reconocida como científica. Junto a esta escuela de medicina
llamada "alopatía", apenas si se encuentra representada la "homeopatía".
En ésta encontramos aún los principios de la filosofía de la Naturaleza.
La medicina administrada actúa más en virtud de su principio espiritual
que por la química. Una tercera teoría sobre la medicina, el diagnóstico
a través del pulso y la acupuntura, se practica en China desde hace miles
de años y se enseña ahora en su país de origen en las universidades, alcanzando
cada vez mayor difusión y audiencia entre los europeos. Se basa en la
existencia, empíricamente comprobada, de una fuerza de acción que posee
cargas positivas y negativas. Esta fuerza no es de tipo bioeléctrico sino
bioplasmático, como si se tratase de un cuerpo sutil. La acupuntura es
muy parecida a la medicina mágica y a la cirugía por medio
de la mente que se practica en Filipinas. A pesar de que muchos de estos
terapeutas nunca han sido conscientes de ello, lo cierto es que su poder
les viene a través del cuerpo astral, llamado también cuerpo de éter.
Vamos a tratar inmediatamente sobre esto, porque de lo contrario no se
entiende bien lo que queremos decir.
Paracelso llamaba a este cuerpo
astral "corpus subtile" (cuerpo
sutil), denominación que, junto a otras muchas empleadas, es la más sencilla
y la más adecuada. Que el "corpus subtile" no haya surgido en el ámbito
de la investigación físico-natural se debe a la ya mencionada absolutización
de un solo aspecto del mundo llevada a cabo por esa investigación; se
ha apoyado en conocimientos puramente racionales y en los métodos de medición
admitidos por el entendimiento. C. G. Jung, el más grande pensador y psicólogo
de nuestro siglo - en mi opinión - demostró que las posibilidades de conocimiento
del hombre se apoyan en cuatro funciones básicas; no sólo en el pensar,
sino también en el sentir, intuir y pensar-percibir. Las culturas antiguas
y el mundo oriental emplean la totalidad de sus posibilidades de conocimiento.
Así pueden alcanzar conocimientos de naturaleza totalizante y no sólo
conocimientos de un solo aspecto de la realidad.
En relación con las posibilidades
cognoscitivas de la intuición y la percepción, se ha descubierto y reconocido
la existencia en el hombre de un sustrato sutil. Personas sensibles lo
reconocen y lo perciben no por medio de los ojos corporales y su función
óptica, sino con la mirada interior. Mencionemos el aura alrededor de
la cabeza de un hombre dotado de una especial fortaleza de espíritu, la
corona de los santos. Para los iniciados, esta corona de los santos no
es sólo una alegoría sino una realidad de orden espiritual. Pero no sólo
la cabeza, sino todas las partes del cuerpo y todos los órganos del mismo
tienen su "aura" correspondiente,
un sustrato sutil. Sobre esto que hemos anticipado tenemos que pensar
al tratar del poder de los terapeutas filipinos y, en general, de todo
arte curativo mágico.
Continuará el mes próximo
El Quinto Hombre
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