Revista Digital de El Quinto Hombre

                                       OCULTAMIENTO MILITAR

          

                                                                                                Por: Claudel Covo (Brasil)

Cualquier persona que investiga el fenómeno de los discos voladores, sabe que es real, a pesar de que el 90 a 95% de todo objeto luminoso que se ve, solo sea engaños o errores de interpretación de fenómenos físicos naturales o artificiales, incluso hay muchos fraudes.
Por otro lado, también cualquier persona que investiga el fenómeno de los discos voladores sabe que las Fuerzas Armadas, de cualquier país, también se preocupan en analizar y entender toda aparición de origen desconocido, probablemente extraterrestre, más, infelizmente, evitan hablar sobre el asunto.
Constantemente, en pequeñas conferencias, yo digo que no debemos criticar a los militares, porque son seres humanos como nosotros, como tampoco debemos criticar a las Fuerzas Armadas porque son Instituciones necesarias para la soberanía de una Nación. Lo que debemos criticar son algunos Reglamentos que ya están ultrapasados.

Durante la Segunda Guerra Mundial, muchos aviones fueron seguidos por extrañas luces, los ingleses pensaban que eran armas secretas de Hitler y los alemanes pensaban que eran armas secretas de los norteamericanos. Después de la guerra, verificaron que la inquietud y la duda era en común. En ese momento, con participación de pocos militares de Estados Unidos, resolvieron fundar un proyecto secreto y posteriormente otros. Los que fueron conocidos por el público como "Grudge", "Signal" y "Blue Book".

El primer proyecto secreto estaba investigando los discos voladores cuando aconteció el incidente de Roswell el 2 de julio de 1947. El 07/07/47, la Base Aérea de Roswell emitió una nota oficial a la prensa que fue publicada al día siguiente, sostengo que fue el 08/07/47 el inicio del ocultamiento militar, donde luego reunirán a la prensa y el general Raney dice que el coronel Jesse Marcel había confundido los destrozos de un aparato de estudios meteorológicos con un disco volador.
 Y o sostengo que fue una actitud correcta, pues mal había terminado una gran guerra y nada se sabía del origen de los discos voladores. De repente podría ser una tecnología de algún país de la Tierra. Más, después de más de 50 años, el ocultamiento militar no tiene sentido, pues hay millares de avistamientos, testimonios, evidencias y documentos que comprueban la existencia de discos voladores y la Humanidad tiene todo el derecho de saber la verdad.

A través de diversos documentos confidenciales, yo muestro que las Fuerzas Armadas se preocupan mucho por el Fenómeno OVNI, y que en diversas oportunidades, trabajaron excepcionales militares.
Es claro que en Brasil no podría ser la excepción. También tenemos nuestra micro "Area 51", situada en Brasilia, el COMDABRA (Comando de Defensa Aeroespacial Brasileño), un organismo de Aeronáutica que centraliza todas las informaciones sobre avistamientos ovnilógicas del país.
Lamentablemente, el gran caos en que se encuentra la Economía Brasileña, administradas por pésimos políticos, en los diversos niveles, en que solo se preocupan en "Manos de las Tetas del gobierno", acaban no importando en liberar palabras justas para las investigaciones, en cualquier área, inclusive la Medicina, en investigaciones espaciales, en experimentos físicos, en área militar, etc.... Constantemente leemos en reportajes en la prensa en general, que los equipamientos bélicos están siendo negados a la información general. Eso es una vergüenza nacional. Ahora, imaginen el área ovnilógica. Nada, absolutamente nada. De lo que sabemos, son los relatos ovnilógicos que llegan a COMDABRA y simplemente son archivados. Es una gran pena.

Desde el inicio de la Era Moderna (24/6/47), unos 54 años, los ovnílogos brasileños consiguieron juntar decenas de documentos confidenciales de Aeronáutica, de Marina y del Ejercito. Mostrando claramente que el fenómeno OVNI es real y que también ha sido motivo de preocupación por parte de las Fuerzas Armadas. Mostrando claramente que la COMDABRA es responsable de la centralización de documentación peculiar. Más, sin verdad para investigaciones, simplemente todos los documentos son archivados.
Debido a severos Reglamentos a consecuencia de medidas disciplinarias, las autoridades militares evitan hablar del asunto, más por otro lado, probablemente ellos saben tanto como los investigadores civiles, no sabiendo tampoco esclarecer detalles de esos extraños avistamientos ovnilógicos. En la práctica es mejor quedarse en silencio a que intentar explicar lo inexplicado.
Es una situación muy difícil para un Ministro de Aeronáutica admitir públicamente, que el pueblo paga altos impuestos y que parte de esos impuestos van a parar al Sistema de Defensa Aérea, donde existen muchos profesionales competentes con equipamientos de primera generación y los discos voladores que invaden el espacio aéreo y nos dejan a nosotros boquiabiertos.
Eso sería una condición de inferioridad, admitir que no se tiene control absoluto del espacio aéreo. Es muy difícil para el Ministro de Aeronáutica admitir también que estos discos voladores causan interferencia electromagnética en equipamientos de a bordo de nuestros aviones, y que pueden causar algún tipo de accidente, poniendo en riesgo la vida de la tripulación de pasajeros. Peor sería admitir la existencia de seres extraterrestres inteligentes. Eso sería un caos religioso y podría iniciarse una guerra si se profundiza en todo esto.
Consecuentemente, debido a todo esto, los militares tratan a todo este asunto con mucho cuidado, para no generar pánico en la población. En otras palabras, evitan hablar del asunto. Por los menos nunca ningún militar ante el público a dicho, o probado, que los discos voladores no existen.
Más a lo largo de la Historia Brasileña, algunos militares siempre serán tenidos con mucho cariño, estima y admiración, verdaderos héroes, que rompieron la barrera del silencio, pasaron por encima de los Reglamentos, y se pronunciaron con respeto a esos extraños objetos, que invaden nuestro espacio aéreo, sin autorización, demuestran que la Aeronáutica no tiene control ni tecnología para impedir eso.
Entre esos héroes tenemos al coronel aviador Joao Adil Oliveira, jefe de Servicio de Información del Estado Mayor de Aeronáutica, que en 1954, reunió a las Fuerzas Armadas y a la prensa en un auditorio de la Escuela Técnica del Ejercito, en Río de Janeiro, donde habló abiertamente sobre los discos voladores. También tenemos al coronel de Aeronáutica Uyrangé Bolivar Soares de Hollanda Lima, que comandó la Operación Prato, en 1977, en Amazonia. También no podemos dejar de mencionar al general Alfredo Moacyr de Mendonça Uchoa, por conferencias, por libros, por investigaciones en Alemania, en Gaiás.
El brigadier José Vazda Silva y el Mayor Gilberto Zani de Mello, ambos de IV COMAR (Comando Aéreo Regional) de San Pablo, que en 1968 a 1972, juntamente con investigadores civiles, investigaron y emitieron boletines de muchos casos OVNIs, tampoco podríamos dejar afuera al Brigadier Otávio Moreira Lima, en una época Ministro de Aeronáutica, que el 19/5/86, habló abiertamente sobre la presencia de 21 OVNIs en cielo de Brasil.
A través de estos héroes, como de otros no citados aquí, muchos anónimos, contribuyeron con muchos documentos importantes para la Ovnilogía Brasileña y Mundial. No tenemos dudas que otros documentos confidenciales irán a aparecer, como otros militares, con el paso del tiempo, se manifestarán  con respecto al intrigante fenómeno, pues vivimos en una Democracia y los Reglamentos, que fueron correctamente hechos en una época, ahora están ultrapasados y la población debe saber la verdad.

A ejemplo de las Fuerzas Armadas chilenas, el Gobierno Brasileño también debería crear un grupo de personas serias, honestas y científicas, envolviendo a militares y civiles, para acentuar las investigaciones de ese enigma del siglo (o del milenio), que tanto intriga a la población, y que fue conocido como discos voladores.

El Quinto Hombre