Revista Digital de El Quinto Hombre

EN FILIPINAS: LA LOGURGIA -
CURACION Y CIRUGIA POR MEDIO DE LA MENTE
- IV y última parte

por Dr. Hans Naegeli Osjord (Suiza)

El aficionado a la literatura parapsicológica conoce la realidad de la desmaterialización, la materialización y también de los aportes. En los "casos de duendecilllos" pueden, debido a la telekinesis (movimiento a distancia de objetos por medios físicamente inexplicables), caer de repente piedras del techo al suelo que momentos antes habían sido vistas, sin peligro, a un metro por debajo del techo de la habitación. Testigos dignos de crédito informan de haber visto piedras atravesando las paredes. Todos estos objetos se mueven en el espacio como dirigidos por una inteligencia invisible. Toda esta descripción forma parte de un interesante trabajo del profesor Bender sobre el fenómeno de la casa de los fantasmas de Nickeishelm. Subrayemos, sin embargo, que estos acontecimientos han sucedido en muchos lugares.

Aunque todavía sin explicación, el parapsicólogo científico debe valorar la materialización, la desmaterialización y los aportes (aparición de objetos deseados de modo físicamente inexplicable) como fenómenos reales. Aquí tenemos el paralelo de las operaciones logúrgicas. Del mismo modo que las piedras pueden atravesar los muros de las habitaciones, las manos de los logurgos atraviesan las paredes del cuerpo. Estas cierran las paredes del cuerpo, sin dejar huella, igual que, al pasar las piedras, no queda rastro en el muro. En el interior del cuerpo se forman, además de la sustancia sutil del cuerpo astral, órganos y partes de órganos que no tienen correspondencia, ni por la forma ni por la estructura, con tejidos corporales conocidos. Aquí actúa la energía vital del cuerpo bioplasmático, diciéndolo en los términos que emplea la investigación rusa. Pero debemos hacer hincapié en que, en muchos casos, son extraídos tejidos humanos y lo que, en términos histológicos, se define como tumores. Sobre esto tengo pruebas, concretamente análisis del Instituto de Anatomía Patológica de la Universidad de Zurich.

Un tejido extraído por el terapeuta Blanche, en Manila, resultó ser, según los análisis, un lipoma que se había extendido por debajo de la clavícula y era muy visible; otro caso fue un absceso de la piel situado en la región facial; un tercer diagnóstico fue el de linfadenitis (inflamación de los ganglios linfáticos).

Nadie puede afirmar en serio que estos tejidos inflamados se pueden conseguir, cuando se necesiten, de un hombre o un animal para después introducirlos subrepticiamente en el cuerpo y provocar el engaño.

Continuamente tropezamos con la objeción crítica de que la sangre que brota durante las operaciones no es sangre humana, sino sangre de un animal. El que, como yo, ha participado no sólo en unas cuantas operaciones, sino en cientos de ellas (algunos incluso han asistido a miles), sabe que sería imposible disponer de suficiente cantidad de sangre para poder simular una cosa así. Debe tratarse, por tanto, de sangre procedente del operado y que se transforma durante la operación. Para comprobar si se trata de sangre humana se recurre siempre a la prueba de las líneas de sedimentación de la albúmina peculiares del hombre. Pero si la albúmina de la sangre se altera durante la operación resulta también un desplazamiento de las líneas, con lo que éstas podrían entonces encontrarse dentro de las características correspondientes a alguna clase de sangre animal. Hoy sabemos, gracias a la "fotografía en alta frecuencia de Kirlian", que la irradiación de "energía vital" de las manos del terapeuta penetra en el cuerpo humano. Considero que esta irradiación es la que provoca la alteración de la sangre y de las líneas de sedimentación de la albúmina, así como también la esporádica y prematura coagulación de aquella. Según una información telefónica provisional del Instituto de Medicina Legal de la Universidad de Zurich, una prueba de sangre (tomada del logurgo Blanche) dio como resultado que se trataba de sangre humana del grupo A. En una operación de la logurgo Rosita del Rosario, la sangre que impregnaba los algodones parecía de buey o de corzo. Sin embargo, las pruebas llevadas a cabo por los investigadores italianos en el Instituto de Medicina Legal de la Universidad de Génova demostraron que se trataba de sangre humana. Una prueba sanguínea procedente de una de las operaciones de T. Agpaoa tendía hacia las características de la sangre de cerdo, sin llegar a corresponder exactamente a ellas.

Recordemos en este contexto los irreprochables estudios científicos del investigador norteamericano Jules Elsenbut sobre la impresión de placas fotográficas mediante la influencia puramente mental del médium Ted Serious. Se trata de un claro paralelismo en relación con las acciones mencionadas más arriba, que los logurgos filipinos llevan a cabo sobre la materia.

Me parece de una extraordinaria importancia el hecho de que, actualmente, este tipo de operaciones y curaciones logúrgicas se realicen en Brasil en tan gran número. El malogrado Ze Arigó, el logurgo más famoso hasta 1971, fue investigado a fondo por el profesor A. Puharich. Ze Arigó utilizaba en trance cuchillos y tijeras primitivas y no esterilizados. Puharich atestigua la seriedad del fenómeno y el alto porcentaje de resultados positivos. Los fines referentes a esto son convincentes.

Encontramos referencias importantes en las obras de los etnólogos que describen las prácticas de la medicina mágica entre los pueblos no intelectualizados. Mencionemos sólo a Ernesto Bozzano y a Harry B. Wright. Son también interesantes los "Merceburger Zauberspruche" (aforismos mágicos de Merceburgo), un testimonio de la más pura logurgia del alto alemán antiguo. Me limito a mencionar las curaciones milagrosas de Lourdes. Están avaladas por pruebas documentales muy precisas.
Informaciones muy interesantes sobre penetraciones en el cuerpo humano, materializaciones de objetos vivos y muertos las encontramos sobre el fenómeno de la posesión diabólica. Especialmente importante, en relación con nuestro tema, es la narración de la historia clínica de la posesa Teófila Dittus escrita por el cura párroco J. C. Blumhardt, un suabo íntegro de carácter y duro en sus juicios. En el caso de Teófila, agujas y tijeras atravesaban la piel de dentro afuera sin dejar cicatrices.

Como se puede ver, los fenómenos de Filipinas no son los únicos en su género. Cosas iguales y parecidas han ocurrido siempre y encuentran su paralelo aún hoy día. Los físicos modernos enseñan que no existe una materia en sí y que incluso el concepto del tiempo se ha hecho relativo. Quizá ya no le resulte tan difícil al lector cambiar de opinión. Para concluir queremos citar unas palabras del físico ya mencionado, profesor Walter Heitler:
"Se trata solamente de constatar que el Universo, igual que el mundo, pueden tener aspectos que parecen estar en contradicción, superficialmente considerados, con el mundo físico. Una contradicción puramente lógica entre los aspectos astronómico-físicos y los metafísicos no debería de existir porque ambos se basan en experiencias completamente distintas y se apoyan en diferentes niveles".
"Lo que hay que decir con decisión es que debemos de conservarnos libres de prejuicios, como conviene a un científico, incluso ante aquellas cosas que no aparecen incluidas en la filosofía de la ciencia de Galileo Galilei y sus sucesores".

El Quinto Hombre