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Revista Digital de El Quinto Hombre
INVESTIGACION
DE VIDAS PASADAS -
"ALLA ARRIBA" SE ESTA BIEN. NO QUEREMOS VOLVER AQUÍ.
(Pauta de comportamiento n° 14)
La mayoría de los que
"están arriba" no quieren volver. Están en el Mar de la Serenidad y la Tranquilidad
y no quieren dejarlo.
En la pauta de comportamiento Nro. 10, habíamos dicho que
el espíritu entra al cuerpo de la madre y del feto, entre el momento
de la gestación hasta segundos antes del nacimiento. ¿Por qué es
esto?.
|
por Fabio Zerpa
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Evidentemente al "vivir" el
gran mar de la serenidad y tranquilidad, al sentir una gran paz y estar
mucho mejor que "allá abajo", no queremos irnos de allí, aunque sepamos
que debemos seguir cumpliendo las etapas de aprendizaje.
Muchas veces "se siente" que
hay que realizar la nueva vida, y "al saber que debe ser así", se desciende
al útero materno. Pero hay otros que se niegan abiertamente, y por la
persuasión sostenida de los grandes jueces, se incorporan prácticamente
segundos antes del nacimiento, ya que el "descenso rápido" se produce
cuando los dolores de parto empiezan a convulsionar a la madre y se está
presto a nacer. La estadística sobre este tema, ubicación del espíritu
en el útero materno, es totalmente variable según los casos, pero siempre
con la justificación de querer permanecer "allá". Mi maestra, la doctora
Helen Wambach, psicóloga clínica de San Francisco, en su estadística nos
indicaba que la mayoría elige nacer,
pese a que hubiese querido permanecer en "la iluminación y el amor", en
el estado entrevidas. Casi todos acceden de mala gana, después de haber
consultado con "asesores", "un directorio", "un grupo de autoridades",
Jesús, Mahoma, Dios o la Energía, la Luz etc.
Platón, en su décimo libro
de "La República", cuenta el
mito de Er, el pánfilo que volvió a la vida en la gira funeraria, doce
días después de haber muerto en una batalla. El habla de "la vida entrevidas",
contando cómo cada alma tenía la oportunidad de elegir la forma de su
próxima encarnación. Una vez elegida, las almas "bebían del río del olvido"
para borrar todo recuerdo consciente, antes de entrar en el cuerpo de
la mamá nueva.
El olvido antes del nacimiento es un tema permanente en todas las
tradiciones religiosas, que van desde el taoísmo, budismo, hasta el cristianismo
más esotérico.
Es conocido el famoso pellizco en la nariz, que el Angel de la Noche
invoca a la amnesia, durante el sueño.
Pero pensamos que el olvido y su mito, han sido propagados durante
la Era de Piscis, para fomentar el temor, los miedos, los tabúes. En esta
nueva Era de Acuario, en la que el hombre es libre, fuerte espiritualmente,
seguro internamente para no tener más miedo, tiene que saber reconocerse
a sí mismo, en todas sus etapas, y saber la realidad que propicia la cultura
oriental y que tanto le cuesta asimilar al occidental. Se empiezan a levantar
los velos de los misterios para bien del gran protagonista: el hombre,
este diminuto ser que, sigo pensando como hace cuarenta años, es
un pequeño Dios pero con miedo.
Todos los escritos mitológicos
y bíblicos cuentan hechos muy comunes en el estado de vida intermedia:
la intemporalidad, la intrusión arrobadora de una luz insuperablemente
brillante y viva, la visión total de la vida recién pasada y el juicio
del alma que suelen hacer las figuras sabias del Gran Tribunal, siempre
magnánimo, de comprensión, de tolerancia, pero de ajuste permanente a
la gran moral y ética. Es muy probable que nuestra idea católica del purgatorio
devenga de la antigua interpretación griega de la vida incorpórea entre
las encarnaciones, que tanto pregonaban los sabios helénicos. Según Rudolf
Steiner, este purgatorio de los católicos es un cuadro reconocible, quizá
inexacto, de los estadios iniciales del entrevidas en que el alma se desprende
de todos los deseos, apetitos y pasiones. Steiner, quien vivió una experiencia
clarividente personal sobre la vida incorpórea, tenía mucho que decir
sobre todo este tema, por eso expresó alguna vez: "La
vida entre la muerte y el renacimiento es una continuación de la vida
de aquí, pero mucho más placentera y tranquila".
Quería demostrar, ¡y atención con esto!, que la conciencia entre las
vidas es vital para la evolución de la inmortalidad, tanto como el sueño
para nuestro bienestar físico. Por eso, somos defensores de la sofrosis
cuántica, una especie de hipnósis atenta, que lleva al hombre a la concientización.
El hombre actual ha empezado
a comprender que la vida entrevidas es nuestro hogar natural.
En mis recientes viajes al
Perú milenario, al Valle Sagrado de los Incas, al Qosqo imperial, he vuelto
a recordar que muchas civilizaciones así como tribus primitivas y antiquísimas
creían en la vida entrevidas, ya que se aseguraban de que sus muertos
queridos estuvieran bien equipados para enfrentar el mundo nuevo que vivirían.
Así los enterraban, en posición de cuclillas, con gran cantidad de útiles,
armas, utensilios de cocina y adornos, anillos y collares protectores,
como un gesto de apoyo para la nueva vida, tanto la del más allá, como
la futura física.
La metaconciencia del Dr.
Whitton explica y deja bien claro que la muerte es la vuelta a casa, el gran
respiro de las cruentas luchas del vivir, mientras que el primer día de
nacimiento es el inicio de un proyecto nuevo donde la causalidad será
cumplida o no. A muchos les gusta el desafío de la nueva vida, pero la
mayoría siente un gran desaliento de perder la libertad del bardo, por
la opresión de la nueva vida, (¡quiero quedarme aquí, no quiero bajar!)
Esas informaciones quedan temporariamente olvidadas en nuestra memoria
conciente, pero guardadas siempre en la memoria inconciente, de donde
extraemos los investigadores, los sofrólogos, los hipnólogos, los terapeutas
de vidas anteriores, la afirmación correspondiente, que ahora sí, hacemos
concientizar debidamente al testigo. El conocerse a sí mismo es el necesario
e imprescindible eslabón, para crear el hombre
nuevo, que ha "sacado hacia fuera" todo "el basural" que molesta,
y empieza un borrón y cuenta nueva.
Los sujetos que han vuelto
a visitar la vida intermedia han recibido siempre el mismo mensaje: Somos
totalmente responsables de quienes somos y de las circunstancias en las
que nos hallamos. Nosotros junto con los jueces hacemos la elección.
El Quinto Hombre
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