Revista Digital de El Quinto Hombre

EL MISTERIO DEL ORIGEN DE LA VIDA -  
¿Fueron primero las proteínas o los genes?




De todos los misterios que los científicos tienen que hacer frente ninguno tan apremiante como el relacionado sobre la Tierra. Las grandes religiones existentes tienen su propia versión de la Creación, sin embargo, los científicos no han podido aún realizar una completa descripción del momento preciso en que, hace millones de años, moléculas muertas se unieron para dar origen a organismos que pudieran alimentarse y crecer, reproducirse y transformarse en toda la serie de seres que viven en la actualidad en nuestro planeta. Todavía existen algunos interrogantes en este intrigante misterio.

Hay nuevas explicaciones que hacen alusión al dramatismo cósmico que a menudo se ha asociado a ciencia ficción. En su libro Nube de vida publicado por los astrónomos norteamericanos Fred Hoyle y N.C. Wickramsinghe, sugieren que moléculas orgánicas cayeron a la Tierra de unos cometas - además de que se han descubierto meteoritos que contenían sustancias orgánicas -. Los biólogos Francis Crick y Leslie Orgel han vuelto a reavivar aquella vieja doctrina filosófica del siglo pasado denominada "panspermia", que supone que la Tierra haya sido deliberadamente sembrada de gérmenes  de vida por seres inteligentes de otros planetas más avanzados. Sin embargo esta teoría pone de relieve otra cuestión importante: "La panspermia remite la cuestión de los orígenes de la vida a otro planeta", ha manifestado Stanley Miller, de la Universidad de California, en San Diego.

Un nuevo indicio de que la vida tuvo lugar inmediatamente después de la formación de la Tierra procede de Greenland. El químico norteamericano Cyril Ponnamperuma, de la Universidad de Maryland, encontró fósiles moleculares de 3.800 millones de años de edad. Según declaraciones del citado científico dichos fósiles son tan similares a las células vivas que "la vida probablemente es tan antigua como la Tierra; estábamos procurando encontrar en la roca primitiva indicios de sopa o magma original y en cambio encontramos moléculas complejas". Carl Woese, de la Universidad de Illinois, también manifestó que la vida en la Tierra prácticamente coincidió con el nacimiento del planeta. Woese dijo que minúsculas gotas de agua polvorientas que se elevaran a la superficie terrestre podrían haber absorbido elementos químicos con gran rapidez haciendo que se produjera el nacimiento de la vida.

Sin embargo, la mayoría de los químicos dudan que la vida tuviera lugar aproximadamente al mismo tiempo que la Tierra. Aquellos piensan que la creación llevó millones de años. Del modo en que los químicos reconstruyeron el génesis de la Tierra tenía al principio de su existencia una atmósfera muy diferente a la de hoy. Prácticamente no contenía oxígeno pero sí vapor de agua, metano, carbono, dióxido y amoníaco. Stanley Miller y Harold Urey mostraron en una Universidad de Chicago que es considerablemente fácil hacer con esos gases moléculas anteriores a la vida. Mezclaron aire elemental en una vasija de cristal, introdujeron una chispa equivalente a un rayo de luz. Esto produjo aminoácidos, precursores de las proteínas. Desde entonces se realizaron otros experimentos de "luz embotellada" que produjeron azúcares y bases que constituyeron el ADN, la molécula hereditaria. Desde entonces, el propio Miller ha producido diecisiete de los veinte aminoácidos utilizados en vida.

Como hace millones de años.

Los experimentos que se están haciendo en los últimos años van más allá de la luz embotellada. Los científicos están tratando de determinar de qué modo se combinan actualmente las moléculas en proteínas y genes. Harold Klein, del Ames Research Center de la Nasa, ha dicho: "Queremos hacerlo del mismo modo que debió ocurrir hace millones de años en la Tierra".

Cualquier buen químico puede obtener cantidad de aminoácidos de los gases, pero fuerzas mayores han obligado a elegir solamente unos veinte para darles vida. Otro científico de la Nasa, James Lawless, ha dado una explicación más plausible: las arcillas ricas en níquel sólo absorben los veinte aminoácidos en proteínas vitales y no los otros tantos que también se han disuelto en los primitivos mares.

Todos los aminoácidos son bañados en un momento u otro, apuntaba Lawless, no obstante, sólo algunos subsistían y formaban proteínas. Para descubrir la causa de ello Lawless mojó sus arcillas con los aminoácidos pero sólo los veinte aminoácidos clave fueron absorbidos por la arcilla rica en níquel y se fusionaron en diminutas proteínas. "El metal actúa como un pequeño imán para la formación de vida", señaló Lawless. Por un igual, arcillas ricas en cinc seleccionaron sólo seis moléculas que producen genes.

A pesar de la formación y fusión de elementos de vida, la parte más importante está por encima de la química. Los teóricos se encuentran frente al viejo dilema del huevo y la gallina: ¿quién fue  primero, un saco de proteínas o un indefenso gen?. La cuestión roza la definición de la vida: ¿El secreto y clave de la vida estriba en la capacidad de comer y crecer, como las proteínas hacen, o en reproducirse y evolucionar como lo hacen los genes?

Algunos científicos creen que la vida comenzó con una gota minúscula de proteínas, tal vez en un volcán. El químico Sjsney Fox, de la Universidad de Miami, unió varios aminoácidos a elevadas temperaturas y con un elevado grado de sequedad, de forma que sobrevivieron al paso de un río de lava volcánica. Estas cadenas pueden formar gotitas que bien pueden ser "precursoras plausibles de las primeras células", ha manifestado Fox. Las gotitas citadas también se separan como la bacteria y producen el metabolismo o bien se alimentan para desarrollarse. Aquellos cuyas proteínas puedan producir el metabolismo sobrevivirán mejor. A pesar que las gotas minúsculas del laboratorio de Fox todavía no pueden decidir sobre reproducciones de estas proteínas cuando se separan, Fox está seguro de que lo logrará, y dice: "El origen de la vida precede al origen de la herencia". "No existe ninguna otra forma de producir vida que la de estas diminutas gotas de proteínas".

Los genes se reproducen perfectamente.

Sin embargo, la mayoría de los científicos creen que la esencia de la vida consiste en la evolución, para lo que se requieren los genes. Los genes se reproducen perfectamente y padecen los cambios y la selección natural que producen organismos más grandes. Leslie Orgel, del Salk Institute, mostró que un gen indefenso, como el que se formó en las arcillas de Lawless, se puede reproducir a sí mismo incluso son proteínas. "Estamos consiguiendo resultados increíbles", ha señalado Orgel, que ha conseguido producir cadenas de ocho unidades de largo. "El paso siguiente y más importante - obtener genes para disponer de proteínas - es un problema que habrá que resolver en el futuro".

Todos estos "primeros pasos" con respecto a los orígenes de la vida son todavía objeto de conjeturas y de debates; ahora bien, el proceso cada día es más fácil de explicar. Las primeras "cosas" o "seres" vivientes probablemente fueron células individuales, tales como las bacterias que fermentan. Estas lavan y producen el metabolismo de otras moléculas y se reproducen normalmente. Cuando las células desarrollan fotosíntesis para autoalimentarse sueltan oxígeno en la atmósfera. El oxígeno destruyó los gases primitivos, lo que hizo posible el origen de la vida. La vida en la Tierra no puede brotar nuevamente de la no vida.

Estas teorías implican que si esto ocurrió aquí, también podría haber ocurrido en cualquier otra parte del Universo. Los meteoritos que contienen elementos orgánicos parecen sugerir que la vida química no es exclusiva de la Tierra. Estos prueban que "el proceso de pasar del gas hidrógeno a la materia viva puede ocurrir en cualquier parte", ha manifestado Klein, de la Nasa. El hecho de no haber encontrado vida en Marte durante la expedición del "Mariner" en 1976, bien poco afectó la credibilidad de estas teorías. El biólogo Norman Horowitz, del "California Institute of Technology", ha declarado: "Por Marte sabemos que para tener vida es preciso de algo más que de la atmósfera. Probablemente nunca sepamos cómo ocurrió pero si unimos una explicación coherente a la ciencia conseguiremos un triunfo intelectual".  

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