Revista Digital de El Quinto Hombre

INVESTIGACION DE VIDAS PASADAS
LAS EXPERIENCIAS NARRADAS SON COINCIDENTES - Nota III
(Novena pauta de comportamiento)




UNA GRAN EVIDENCIA: LA EUM EN LOS NIÑOS.

El término EUM significa, según la denominación del Dr. Raymond Moody, "Experiencia en el umbral de la muerte".
Las investigaciones que llevó a cabo el Dr. Melvin Morse son muy significativas, porque los protagonistas son niños de una espontaneidad y naturalidad siempre verdaderas y auténticas.


por Fabio Zerpa

Dice el Dr. Melvin Morse "Me acerqué al cuerpo inerte de Katie, en la unidad de terapia intensiva, y me pregunté si podríamos salvarla. Pocas horas antes habían encontrado a esta hermosa niña de siete años, de larga cabellera rubia, flotando boca abajo en una piscina. La tomografía axial computarizada que le hicieron de urgencia reveló una masiva inflamación del cerebro. Un pulmón artificial respiraba por ella. Yo estaba seguro de que iba a morir, a pesar de todos nuestros esfuerzos, pero a los tres días presentó una completa e inexplicable recuperación.

Cuando ya se sentía más o menos bien, la cité en mi consultorio para hacerle un examen de seguimiento. En cuanto me presenté, la niña se volvió hacia su madre y le dijo: "Ese es el de la barba. Primero había un doctor alto que no tenía barba y luego llegó él". Su descripción era correcta. Aunque todo el tiempo que pasó en la sala de urgencias estuvo en estado de coma, Katie nos había "visto" y había observado lo que hacíamos. "Yo estaba en cuarto grande y luego me llevaron a otro más pequeño para tomarme radiografías". Y se refirió con precisión a ciertos detalles, como  el de tener "un tubo metido en la nariz".

¿Qué recuerdas de cuando estabas en la piscina?

¿Quiere Usted decir, cuando visité al Padre Celestial?, replicó.

Vi a Jesús y al Padre Celestial, declaró.

En la siguiente consulta, Katie me contó que no recordaba nada del ahogamiento en sí. Su primer recuerdo era la oscuridad y la sensación de estar tan pesada, que no podía moverse. En eso se abrió un túnel y apareció "Elizabeth".

Elizabeth era "alta y amable". Acompañó a Katie hasta la salida del túnel, donde la niña vio a su difunto abuelo y conoció a dos mujeres llamadas Melissa y Heather. En un momento dado se le permitió a Katie vagar por toda su casa. Vio a su hermanita, aún bebe, y pensó cuánto la quería. Elizabeth la llevó a conocer al Padre Celestial y a Jesús. El Padre Celestial le preguntó si deseaba volver a casa. Katie le respondió que deseaba quedarse con Él. Entonces Jesús le  preguntó si quería ver otra vez a su familia; "si" contestó, y entonces regresó.

Katie hacía esta narración en forma convincente, pero sabía que había ocurrido algo que no comprendía bien.

Las enfermeras de la unidad de terapia intensiva, me informaron que la niña había musitado continuamente dos nombres: "Heather" y "Melissa".

Como mormona, Katie creía en la vida eterna, pero tales imágenes no provenían en absoluto de las enseñanzas espirituales de la familia. En realidad, encontré poca semejanza entre la experiencia de Katie y cualquiera de sus lecciones de religión.

Todavía intrigado por la EUM, hice un estudio para responder a esta pregunta: ¿Se da la EUM en personas que no están a punto de morir? Reuní a un grupo de ocho investigadores, entre ellos, un neurólogo infantil, un psiquiatra y una trabajadora social en el campo de la medicina, con experiencia en la investigación de casos de EUM.

El grupo testigo estaba compuesto de ciento veintiún niños hospitalizados y en estado crítico, pero no moribundos. El grupo de estudio quedó intrigado con doce niños que habían contemplado cara a cara la muerte: todos habían sufrido paros cardíacos debido a accidentes, ataques de asma, graves trastornos renales o intervenciones quirúrgicas.

Tras cientos de horas de investigación, descubrí que ocho de los doce integrantes del grupo de estudio recordaba haber salido de su cuerpo para viajar a otros lugares. Además, todos presentaron por lo menos una de las características de la EUM que describe el doctor Moody.

En general, los pacientes empezaban a relatar su EUM con frases similares "me veía allá abajo. Estaba oscuro y al mismo tiempo, había luz. Iba a alguna parte pero no sabía exactamente adonde".

Joe, muchacho de once años que sufrió un paro cardíaco de veinte minutos, me contestó esto: "Oí un rumor. Cuando me di cuenta, estaba acurrucado en un rincón del techo. Pude ver abajo mi cuerpo iluminado, como si hubiera una lámpara dentro de mí".

Cuando una descarga eléctrica le reanimó el corazón, entonces abrió los ojos y dijo a los médicos: "Me chuparon de regreso hasta mi cuerpo".

Los investigadores del cerebro ni siquiera se han acercado a la explicación de un aspecto característico de la EUM: la luz. Casi todos los niños han declarado que, en las últimas etapas de la EUM, una luz los "envuelve" con calor y amor desconocido....y que transforma a muchos de ellos para el resto de su vida. Tal transformación fue evidente cuando volví a entrevistar al grupo de estudio de Seattle, después de ocho años de investigación de la EUM en niños. Pude comprobar que se habían vuelto adolescentes especiales. Su madurez, sabiduría y sentido profundo de la vida eran realmente edificantes.

Los diez años que llevo investigando las experiencias en el umbral de la muerte han alterado mi manera de concebir la medicina.

No puedo asegurar que la EUM constituya una prueba de que hay vida después de la muerte. Sin embargo, es menos que imposible explicar cientos fenómenos, (salir flotando del cuerpo físico y dar detalles precisos del propio paro cardíaco) si no se cree que existe una consciencia separada del cuerpo. Hoy día, estoy de acuerdo con el psicoanalista Carl Jung, que en una ocasión declaró: "No deberíamos tratar de comprender el mundo sólo mediante el intelecto". El juicio del intelecto representa sólo parte de la verdad. Hasta aquí el Dr. Melvin Morse.

Nosotros decimos: El "conocer" es sólo una parte de la realidad; pensamos que es más importante el saber (la sabiduría o conocimiento intrínseco). Estamos totalmente de acuerdo con las investigaciones del Dr. Morse; la EUM en niños es signo claro de "otra realidad", empezamos a "saber" y no sólo a "conocer". Y ahora veamos una declaración realmente maravillosa:

 

DECLARACION PERSONAL EXCLUSIVA: UNA EXISTENCIA MAS ALLA DE LA VIDA FISICA

Yo, Margarita Mabel, domiciliada en Buenos Aires, Argentina, voy a relatar un hecho ocurrido en mi vida cuando tenía veinticuatro años. Recuerdo que fue un 1ro. De Agosto de 1961, estando embarazada. Al llegar al término de los meses de gestación, me internaron para que se produjera el parto. Esta internación se realizó el citado día a las 20.30 Hs. Aproximadamente, en el sanatorio De Cusatis, en la calle Pueyrredón 853 de Buenos Aires. Era un día martes, y al día siguiente a las 14 Hs. Nació mi hija Mónica.

A las dos horas de producido el parto, siendo las 16 Hs. Comencé a sentirme mal, con flojedad en el cuerpo. No podía responder a la conversación con mis familiares. Mi tez comenzó a tornarse transparente, se me agrandaron las orejas y las manos. Al darse cuenta, mi madre comenzó a llamar al médico de turno, y a partir de ese momento todo comenzó a ser una tragedia para mi familia y algo maravilloso para mí. Pude escuchar todo lo que decían. Al ratito eran seis los médicos y enfermeras que corrían para recuperarme, hasta que escuché los comentarios de ellos que decían que todo era imposible, que debían transmitirle a mi familia que era el fin.

Estando en el lecho sentí que me transportaban por un túnel que me elevaba. Al final de ese túnel vi toda la imagen de miles de seres, mujeres, hombres y  niños, todos vestidos de color rosa con túnicas iguales y un fondo celeste intenso sin nubes. Toda esa gente irradiaba paz y dulzura. Se adelantó uno de ellos, hombre con barba y una voz muy suave y dulce, preguntándome que estaba haciendo yo en ese lugar. Respondí que no sabía, pues yo había tenido una hija y me descompuse. Me preguntó si me gustaba ese lugar y le contesté que sí. me preguntó a quien tenía en la vida y a quién quería, contestándole que a mi madre, a mi esposo y a mi hija, y que yo creía mucho en Dios, a pesar de ser una persona sin religión. Entonces me dijo que si quería y sabía volverme sola, que estaba en libertad y podía hacerlo. Ese ser que mantuvo conmigo esa charla podía haber sido Moisés o San Pedro por la semejanza a sus imágenes que yo llevo en mí.

En ese lugar todo era maravilloso, se escuchaba una música muy tenue y suave, Yo decidí volver nuevamente al túnel y al final del mismo vi a mi madre llorando, pues los médicos le habían comunicado que yo había muerto. No sé cuánto tiempo transcurrió en todo lo que relaté, pero sí sé que a las 22 Hs. Del día 2 de Agosto llegó un médico con un transfusionista del Banco de Sangre, pues yo había vuelto a la vida. Estos profesionales me hablaron haciéndome entender que había pasado por una muerte clínica.

Muchas veces en estos años creí que todo había sido producto de un sueño o alucinación, pero cada vez que lo revivo, más feliz me siento, y creo que la muerte es algo eterno y hermoso. Me di cuenta de que quiero ser mucho mejor cada día y trato por todos los medios de lograrlo. Si este testimonio puede servir de prueba para algo, para estudio o investigación, estoy a su entera disposición. Gracias.

Hoy, el motivo del regreso de Mabel a su vida física se llama Mónica, su hija actual.

Gracias por estar.


El Quinto Hombre