Revista Digital de El Quinto Hombre

EL GRAN ENIGMA DEL ANTIGUO EGIPTO: HERMES TRISMEGISTO  

 

Por Raquel Masi y la colaboración  de
Guillermo R. Bosso y Adolfo E. Di Lorenzo.

 

El hombre actual sustenta su existencia en un conjunto heterogéneo de bases y lineamientos morales, intelectuales, científicos y éticos que le dan un aspecto frágil y peligrante. Este ser, habitante milenario de la faz terrestre, a común persigue logros y contempla los medios, ignorando si son causas o efectos y su naturaleza y magnitud. Concreta un hecho, pudiendo ser este efecto de una causa no atendida, o concreta otro, que es una potencial causa e ignora su efecto. Todo fluye y refluye. Cada acto acarrea un movimiento consecuencial. Un efecto se convierte en causa y una causa en efecto de otra anterior.

Ignorando la naturaleza de los hechos, como excelentemente lo hace el hombre, se confunde si sus esencias son básicas e imperecederas o si son bamboleantes y caducas, entonces el hombre si no contempla las Causas Primeras y su verdadera magnitud, todo lo que hará, ya sea que actúe o piense, tendrá una existencia efímera, cuyos límites estarán determinados por la naturaleza de sus actos y pensamientos y el Ritmo que estos lleven.

Las Causas Primeras, adecuadamente atendidas brindan efectos Imperecederos y éstas constituyen un Poder ESTATICO Y DINAMICO, inmutable e inalterable, que engendra a los hechos o efectos espirituales, mentales, morales y existenciales NO CADUCOS, NO EFIMEROS, sino ETERNOS Y DE VALIDEZ UNIVERSAL.

Tenemos conocimiento de que en todas las épocas existieron mentes de hombres sabios que supieron observar todo lo que tiene valor universal y supieron destacar todo aquello que es efímero, sin sustancia y apoyado sobre bases frágiles.

Grandes pensadores, maestros e iniciados ordenaron su conocimiento y fundaron escuelas, doctrinas y filosofías que llegan hasta nuestros días como signo de que la sabiduría mantiene su valor como siempre y para siempre. Hubo pueblos que se destacaron entre las ciencias, las artes y la magia: el egipcio, el chino, el hindú, el griego, el romano, etc., algunos de ellos posibles herederos de la sabiduría atlante, algunos milenios antes desaparecida. Nos preocupa en esta oportunidad la cultura egipcia. De su seno nacieron las bases fundamentales de las doctrinas ocultistas. El Hermetismo es la doctrina central de este trabajo.

Los estudiosos tenemos que considerar a Egipto como la tierra gloriosa, bendecida por el conocimiento de la Inmortalidad del Alma. Y así nos retrotraemos a la legendaria ATLANTIDA, por la sensatísima razón de que las escuelas de los Misterios, con su iniciación filosófica, debieron tener un origen anterior al de Egipto, y se ve reafirmada esta teoría en unas informaciones secretas que, maestros de la escuela de Heliópolis, dieron al joven y serio investigador griego PLATÓN. Estas entre otras cosas, decían que: la veneración a la luz y a su agente el Sol, fue el principal dogma de la religión atlante, y lo fue también de la primitiva religión egipcia. "RA", el dios Sol, fue el primero, el hacedor de todas las cosas, el UNO, engendrado de si mismo, padre y creador de todos los demás dioses. Los Atlantes tuvieron un largo período de civilización muy elevada  y noble, para luego desaparecer, hundida en las aguas del mar, mucho antes de que Babilonia se corrompiese, convirtiéndose en la ciudad más degenerada del mundo antiguo.

La esfinge de Gizeh, con sus ojos sin vista, fijos en un punto exacto de el horizonte donde el sol hace su reaparición diurna, y la gran pirámide, ambas construidas en la era atlántica, con señales visibles del misterioso continente, mundos legados de una raza de hombres que fueron nuestros ancestros, y que la tallaron para que fuera su estatua máxima, su imagen conmemorativa  más sublime y la dedicaron al Sol, el dios Luz. Este fue el venerado emblema de piedra, de una civilización para la que, en este mundo denso y material, la luz era lo que más se aproximaba a Dios.

En el libro del Génesis, el primer elemento creado fue la luz, sin la cual no podría haberse creado, Dios dijo: "Sea la luz; y fue la luz". La verdad es inmutable en sí misma, solo ella sobrevive a todo y resiste el paso de los milenios, como la Esfinge, semienterrada en las arenas del desierto, por tranquila y correcta, encarnando la fuerza del león, la inteligencia del hombre y la serenidad espiritual de los Dioses. La Esfinge nos predica desde la piedra un silencioso mensaje a todos los que tengan oídos para percibirlo. Su figura se encuentra en la entrada de los templos, en diversas partes de Egipto, como señal de protección de lo que allí se guarda, es por eso que se la considera un ser o un objeto de la naturaleza divina.

 

SITUACION GENERAL DE EGIPTO.

Hacia el año 2000 a. de J.C., Egipto sufrió la crisis más atormentadora, que un pueblo puede atravesar: una invasión extranjera y una semiconquista. Conducida por reyes-pastores llamados HICSOS, dicha invasión se lanzó sobre la nación y fundó en el Delta la ciudad de AVARIS. Según los textos de MAMETON, los Hicsos habían sido fenicios, JOSEFO los consideraba árabes. En realidad la invasión de estos extranjeros debe relacionarse con un movimiento de emigración, en el que los Hititas se establecen en Anatolia, los Kasitas fundan una dinastía en Babilonia, los Semitas trataron de establecerse en Canaán y son seguidos por bandos de Arios. Y finalmente esta oleada fue a morir en Egipto, y, según cita textual de Mametón: "Durante su reinado, sopló contra nosotros la cólera divina; yo no se por que, de improviso estos hombres, tuvieron la audacia de invadir nuestro país y, por la fuerza, se apoderaron de él. Estas gentes se adueñaron de los jefes, incendiaron salvajemente las ciudades, arrasaron los templos de los dioses y trataron a los pobladores con extrema crueldad."

Para estos momentos la existencia nacional de Egipto estaba comprometida, por su conocimiento en peligro y su misión universal amenazada.

Pero tenían Un Alma Vital, es decir, un cuerpo organizado de iniciados, depositarios de las antiguas creencias herméticas, que se retiraron al fondo de los santuarios, se replegaron en sí mismos para resistir mejor al enemigo. En apariencia el sacerdocio se había doblegado ante la invasión y había reconocido sus tradiciones religiosas. Sin embargo, escondidos por los templos se guardaron como un tesoro sagrado: las ciencias, las tradiciones y la antigua y pura religión egipcia, con la esperanza de una restauración de la dinastía nacional.

 

EL GRAN MAESTRO DE LA INICIACIÓN ANTIGUA.

La iniciación antigua reposaba sobre una concepción del hombre más sana y más elevada que la nuestra. Nosotros hemos disociado la educación del cuerpo, de la mente, del espíritu y del alma y podemos afirmar que los verdaderos buscadores de conocimiento, los que se convirtieron en sacerdotes e iniciados, buscaron el desarrollo espiritual hasta alcanzar la Conciencia del Alma (que significa el conocimiento consciente y Cósmico de la Naturaleza DIVINA del Alma).

En la iniciación, el hierofante se acercaba al recién llegado y le formulaba un breve y penetrante examen, en el que era aceptado o no para traspasar la puerta del templo. Este tenía dos columnas: la roja significaba la ascensión del espíritu de la Luz de Osiris; la negra representaba su cautiverio en la materia y esa caída podía conducirlo al aniquilamiento. Para el que abordara la doctrina secreta, había dos caminos, nada más, la locura y la muerte para el débil, la vida y la inmortalidad para el fuerte y justo.

Llegada la noche, dos asistentes conducían al aspirante al portal del Santuario oculto y lo introducían en una galería aterradora con estatuas de hombres con cabezas de animales, iluminada por la luz de una antorcha. Al final de este corredor debía entrar sin pronunciar palabra, por un agujero en la pared delante de él (aún tenia tiempo el estudiante de retornar, porque una vez cerrada la puerta del templo, debería continuar inexorablemente). Este era tan bajo que solo arrastrándose podía entran en él. Se le entregaba una muy pequeña antorcha y se lo dejaba solo. Arrodillado, avanzaba por el corredor mientras escuchaba desde el fondo del subterráneo una tétrica voz que decía: " Aquí perecen los locos que han codiciado la ciencia y el poder".

En su marcha notaba que el corredor se ensanchaba, pero descendía en pendiente cada vez más rápida, que terminaba en un embudo que desembocaba en una noche horrorosa. En su desesperación, el estudiante percibía una grieta a su izquierda, extendía su lampara y veía una escalera que subía en espiral en la roca, era la salvación del abismo. Finalmente se encontraba frente a una reja de bronce que daba a una ancha galería sostenida por hermosas cariátides, en los laterales estaban grabados y pintados innumerables símbolos.

Un mago llamado PASTAFORO, guardián de los símbolos sagrados le abría la reja y lo felicitaba por haber atravesado con fortuna la primera prueba y le explicaba los símbolos.

Los 22 símbolos representaban los primeros 22 de los 78 arcanos y constituían el alfabeto de la ciencia oculta, es decir los principios absolutos, los cuales eran las condiciones del Mago, la Sacerdotisa y el Jereca, el Triunfo, la Justicia, el Apostolado, la inmortalidad, la Inspiración, la Resurrección, el Regreso, etc. eran las claves universales que, se convertirían en la fuente de toda sabiduría y poder. Cada letra y cada número expresan en esa lengua, una ley ternaria que tiene repercusión en el mundo divino, en el mundo intelectual y en el mundo físico.

Así como la "A" corresponde a la letra Nº 1, representada en el mundo divino al Ser Absoluto, de donde emanan todos los seres, en el mundo intelectual la unidad, fuente de síntesis de los números, en el mundo físico el hombre, cumbre de los seres relativos, que por la expansión de sus facultades se eleva en las esferas concéntricas de lo infinito.

Las explicaciones del mago seguían y a su término venían la prueba de fuego, que significaba la muerte del novicio. Una vez que reunía todo su valor  y se decidía a atravesar el horno, advertía que era solo una ilusión óptica. Luego venía la prueba del agua y de la liberación de los sentidos. Si no lograba la altura del Espíritu y del Conocimiento adecuados, cayendo en el abismo de la materia, salvaba la vida, pero perdía la libertad, quedando como esclavo del templo. Si, por el contrario, el aspirante había vencido, doce neócoros provistos de antorchas venían a rodearlo para conducirlo triunfalmente hasta el Santuario de ISIS, donde los magos alineados en semicírculo y vestidos de blanco, lo esperaban en la asamblea planetaria.

Y, sin embargo,  apenas estaba admitido en su umbral, porque ahora comenzaban largos años de estudio y aprendizaje.

Estos pocos elegidos, estos escasos, que contaban con una moral suficientemente alta como para alcanzar ser admitidos, tenían una fuente de sabiduría encarnada por un "Maestro de maestros": HERMES, contemporáneo de Abraham, primer patriarca bíblico, hacia 1990 a. de J.C. Este Gran Iniciado que, según "El Kybalión" vivió 300 años y tuvo en Hermes su última encarnación en la Tierra. A su muerte fue elevado a la categoría de Dios, bajo el nombre de THOT. "Señor de las letras, las artes y las ciencias., enseñando a los hombres la escritura  y la división del tiempo y revelándoles los misterios  cifrados en las medidas. Fue llamado "DOS VECES GRANDE" por los primitivos egipcios, en razón de que sus enseñanzas se referían a dos mundos -el oculto y el manifestado -, Hermes Trismegisto, "EL TRES VECES GRANDES" por los comunicadores de su obra, en razón  que esas enseñanzas se relacionan con los tres planos en que se mueve el pensamiento del hombre y éste identifica y expresa cuanto su naturaleza es capaz de percibir y discernir.

Su nombre es genérico y designa a la vez un hombre, una casta y un dios. Como hombre es el primero, el gran iniciador de Egipto; como casta es el sacerdocio, depositario de las tradiciones ocultas; como dios, el planeta Mercurio, asimilado con su esfera a la categoría de "Iniciadores Divinos".

Hermes, el aludido personaje divino e histórico egipcio, fue más bien legendario en Grecia y en Roma. En la mitología Helénica fue uno de los doce (12) dioses mayores, hijo de Zeus o Júpiter y la ninfa Maya, una de las siete Pléyades o siete hijas del Dios Atlas. Fue conocido con el nombre de Mercurio. Luego de nacer en el monte CILENO en Arcadia, fue criado y educado por las CUATRO ESTACIONES DEL AÑO, las que derramaron sobre él los dones de sus mejores primicias: la Primavera le dio su florida y convincente elocuencia; el Verano, su potencialidad fecundante; el Otoño, la madurez de sus reflexiones y su experiencia y el Invierno su rigor y frialdad.

Para los griegos, Hermes o Mercurio, es un INVENTOR. Se le atribuían las invenciones del fuego, de las letras, de los números, de la música y de los ejercicios gimnásticos. Hermes era el Heraldo, mensajero de los dioses y conductor de las almas a su último destino. Era el dios pastor, protector de los caminos, del comercio y bienhechor de la humanidad.

A pesar de las variantes introducidas por los griegos y romanos respecto a la naturaleza oculta de Hermes Trismegisto, las más acertadas informaciones nos las han dado las Escuelas de Sabiduría del Antiguo Egipto, aquellas escuelas que aún existen y las obras literarias que atravesaron triunfantes la historia hasta el día de hoy.

Kircher afirma que muchos de los fragmentos de las obras de Hermes eran pergaminos salvados de la maravillosa biblioteca de Alejandría, destruida por romanos y por árabes. Aquella maravilla fundada por Tolomeo Filadelfo, poseía, según Josefo y Estrabón, CIEN MIL volúmenes, sin contar otras tantas copias manuscritas de los antiguos pergaminos caldeos, fenicios y persas.

Los egipcios atribuían a Hermes 42 libros sobre ciencias ocultas, y el libro griego conocido con su mismo nombre, encierra, efectivamente, relatos alternados, que es como el "fiat lux" de donde recibieron Moisés y Orfeo sus primeros rayos. En la actualidad nos es dable encontrar algunos libros valiosos de filosofía hermética, pero la mayor parte de ellos se ha perdido, en una época en que las persecuciones a los teólogos  de Edad Media, eran a sangre y fuego, a ultranza, contra la doctrina secreta.

Según cita clemente de Alejandría, los 42 libros sagrados de los egipcios eran una parte de los libros de Hermes. Clemente y Abamón le atribuyen 1.220 libros a Hermes y Mametón le atribuye 36.000.

Las primeras obras herméticas, según Bunsen y Diógenes Laercio, durante decenas de miles de años atrás culminando la cumbre de su obra con la aparición  física de Hermes, de 300 años de duración, 19 siglos antes de Cristo.

Todo esto y la extraordinaria importancia que la sabiduría ocultista de Hermes ha tenido siempre en la actualidad, pasando por las derivaciones herméticas del medioevo de la Cábala, la Astrología y la Alquimia, y la aplicación en el día de hoy por parte de los esotéricos y espiritualistas de los Principios Básicos de su Doctrina, hacen pensar seriamente en la magnitud y jerarquía espiritual de este Gran Iniciado y Maestro, llamado Hermes Trismegisto.

En reconocimiento a su sabiduría legada a los hombres de todos los tiempos, estudiaremos brevemente el significado de las Siete Leyendas o Principios Universales del Hermetismo.

 

1º. EL PRINCIPIO DE MENTALISMO.                                         

Dice el Kybalión: "EL TODO es mente; el universo es mental".

Este aforismo se refiere a que todo cuanto existe, visible o invisible, es una creación mental del Todo, en cuya mente vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser. Como toda la materia en sus distintos estados, es ENERGIA, y la energía esta controlada por la mente, por lo tanto la materia también lo esta y es entonces mental.

Este principio, al establecer la naturaleza mental del universo, explica fácilmente los varios fenómenos mentales y psíquicos que tanto preocupan al ser humano y que sin esta explicación son incomprensibles y desafían toda hipótesis científica. La comprensión  de este principio hermético del mentalismo habilita al individuo para realizar y conocer la ley que rige al Universo Mental, aplicándola a su bienestar y desarrollo. El estudiante de metafísica puede emplear conscientemente las leyes mentales, usándolas a su favor en lugar de ser usado por ellas.

Cuando pensamos, de nosotros emana una corriente energética, similar a un rayo de luz que llega hasta el alma de las demás personas,  ejerciendo sobre ellas su influencia, aún si los individuos están separados por largas distancias.

El Pensamiento Primero nace en la Consciencia Divina y luego va descendiendo todos los planos y jerarquías hasta llegar a nosotros y toma forma en nuestras mentes o conciencias. Las formas mentales se llaman EGREGORES y estos tendrán polaridad positiva o negativa. El uso consciente y correcto de esta Ley nos abre las puertas hacia el dominio de la vida.

 

2º. EL PRINCIPIO DE LA CORRESPONDENCIA

Dice el Kybalión: "Como es arriba es abajo, como es abajo es arriba".

Esta ley encierra la verdad de que entre los diferentes planos en que se manifiesta la vida existe una concordancia o correspondencia que los unifica. Este principio es de aplicación universal, por lo tanto es válido para los planos mental, material y espiritual del Cosmos.

Estos planos existen según la vibración. El plano material es de menor grado de vibración; el espiritual es de mayor grado. O sea, que lo que está abajo es como lo de arriba, solo que tienen distintos grados. Con el concepto de grado vibratorio aparece el concepto de las dimensiones. La 3ª  dimensión es en la que nosotros nos movemos físicamente. Luego aparecen a mayor grado de vibración, la 4ª y la 5ª dimensión, etc.

Así el concepto de riqueza o pobreza, por ejemplo en el plano físico, tendrá su correspondencia en el plano mental y en el plano espiritual.

Es, en realidad, uno de los principios más importantes para el auxilio de la mente, pues gracias a ella, pueden comprenderse y verse lo que se oculta a nuestra vista en otros planos o dimensiones.

 

3º. EL PRINCIPIO DE VIBRACION

Dice el Kybalión: "Nada está inmóvil, todo se mueve; todo vibra".

Todo lo que existe, visible o invisible, que está en movimiento o en reposo aparente, se mueve, y cada partícula que lo compone, esta dotada de cinética o movimiento oscilatorio, vibratorio. Según el grado de vibración de la materia esta será más densa o más sutil. Lo que no vibra no existe. Si la materia no vibrara, dejaría de existir, y esto no es posible, pues a lo sumo puede transformarse, Dios es vibración, altísima, infinita. La más grosera forma material es vibración, pero en bajo grado. El espíritu es materia en alto grado vibratorio. O sea, que este principio nos ayuda a diferenciar las distintas manifestaciones de la Naturaleza, del Cosmos: Dios, espíritu, mente, materia física, etc.

 

4º EL PRINCIPIO DE POLARIDAD.

Dice el Kybalión: "todo es doble, todo tiene dos polos; todo tiene su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en la naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son semiverdades; todas las paradojas pueden reconciliarse".

Este principio expresa que todas las cosas manifestadas poseen dos aspectos, dos polos. Estos dos polos son un par de opuestos con innumerables grados intermedios entre ambos extremos. Este principio explica que lo que separa a cosas diametralmente opuestas, frío - calor, claro- oscuro, positivo- negativo, alto- bajo, bueno- malo, etc., es solamente cuestión de grados y se afirma que todo par de opuestos puede reconciliarse mediante la aplicación de este Principio.

 

5º.- EL PRINCIPIO DEL RITMO

Dice el Kybalión: "Todo fluye y refluye, todo tiene sus periodos de avance y de retroceso, todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su hacia la derecha es la misma que la de su izquierda; el ritmo es la compensación".

El universo se manifiesta en un determinado movimiento de ida y vuelta, de flujo reflujo; hay siempre una acción y una reacción, un avance y un retroceso, un ascenso y un descenso. O sea que el movimiento va regulado por el ritmo. Tenemos como ejemplos en la Tierra, las mareas, ellas a cierta hora suben y con un ritmo a otras que bajan. Otro ejemplo lo constituyen las estaciones: al Invierno lo compensa la Primavera, al Verano, el Otoño.

Esta Ley se manifiesta en la Creación y Destrucción de los mundos, en la elevación y caída de las naciones, en la historia de la vida de todas las cosas y en los estados mentales del hombre.

 

6º. EL PRINCIPIO DE CAUSA Y EFECTO.

Dice el Kybalión: "Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo con la Ley. La suerte no es más que el nombre que se le da a una Ley no conocida; hay muchos planos de causualidad, pero nada escapa a la Ley".

Nada sucede porque sí o por azar, la casualidad no existe, esta es una palabra vacía, no tiene sentido, la verdadera palabra es CAUSALIDAD. Vivimos en un universo causal, un Universo que es el efecto visible y al mismo tiempo tangible ya que estamos palpando sus efectos. Esto es la "Primera Causa Única", lo que comúnmente llamamos DIOS. El es la Primera Causa. El NO es efecto de otra causa.

Toda causa origina un efecto, este efecto a su vez se transforma en causa, que produce a su vez otro efecto y bajo este principio de CAUSA Y EFECTO se desarrolla y funciona todo el Universo. Dar para recibir. Solo recibimos aquello que es similar a lo que dimos, por acción y reacción, por causa y efecto.

 

7º. EL PRINCIPIO DE GENERACION

Dice el Kybalión: "la Generación existe por doquier; todo tiene sus principios masculino y femenino; la Generación se manifiesta en todos los planos".

El género se encuentra presente en todo. La palabra género deriva del latín GENER que significa "generar", "concebir", "procrear", nada puede existir sin que el Principio de Generación esté presente, esto es que este presente el PRINCIPIO PADRE-MADRE. No es lo que corrientemente se llama "sexo". La palabra sexo se aplica en el Reino Animal a las diferencias físicas que existen entre el macho y la hembra en un pequeño sector del cuerpo físico.

El Principio de Generación esta presente en la Naturaleza de Dios, pues El no solo es Dios Padre, sino también tiene un doble aspecto: DIOS-MADRE-PADRE. Al invocar a Dios Padre se invoca a DIOS-INTELIGENCIA, a DIOS-JUSTICIA. Al invocar a DIOS-MADRE, se invoca a DIOS-AMOR, a DIOS-MISERICORDIA. De la unión de DIOS-PADRE y DIOS-MADRE surge como producto TODA la CREACIÓN.

Aquí culmina la exposición del significado de las Siete Leyes Universales, que constituyes el fundamento de la Filosofía o Doctrina Hermética.

Dice el Kybalión: "los Principios de la Verdad son Siete: el que comprende esto perfectamente, posee la clave mágica, ante la cual todas las puertas del Templo se abrirán de par en par".

Y esto es muy cierto.

Llamamos Ley Universal a aquella que tiene validez absoluta en todo momento y lugar. Efectivamente, en cualquier rincón del Universo o en todas las Eras o épocas que ha atravesado la Tierra, las escuelas de ocultismo, han puesto en práctica y enseñado el contenido profundo de las Siete Leyes o Principios Herméticos que hemos visto.

Sabemos que nuestro planeta atraviesa sucesivamente Eras planetarias, que reciben los nombres correspondientes a los signos del zodiaco. Los signos son doce y el sol los recorre a todos en un periodo de tiempo que varia entre 25.765 y 25.820 años, los que divididos por doce (12), que son los signos, nos da el tiempo que invierte el Sol y sus planetas en recorrer cada una de las Eras. El resultado es 2.149 años. Los astrólogos estandarizan este periodo en 2.150 años.

Lo importante es saber que en cada cambio de Era se producen en el mundo grandes transformaciones religiosas y sociales.

La Era más antigua a la que los astrólogos hacen referencia es a la de TAURO, que va del 4.300 hasta el 2.150 a. de J.C.; más atrás es difícil sondear en la noche de los tiempos. Según los expertos coincide esta era con la época de adoración de Toro, del cual se encuentran huellas clarísimas en todas las antiguas civilizaciones, como en Egipto, en donde existía el culto al Buey APIS, surgido hacia el 4100 a. de J.C.

El Toro era motivo de adoración también en Persia, Caldea, Asiria, Babilonia, Creta, etc. y hay infinidad de muestras arqueológicas que demuestran esto: cavernas-santurios en España y el sudeste de Francia, por ejemplo.     

Con el año 2150 el sol sale de Tauro para ingresar en la Era de Aries, signo de fuego.

En Tauro la humanidad fue dominada por la idea de la soberanía de la fuerza, habiendo una civilización cuyas masas estaban destinadas a los duros trabajos y sufrir las molestias y presiones de las castas superiores. La Era de Aries, en cambio, trae a la luz la idea de un pueblo elegido, protegido por Dios, cuyo credo hace ver a la humanidad el concepto de justicia. En casi todos los pueblos aparece la imagen del CARNERO, que reemplaza a la del Toro. Marston, en su libro "Y la Biblia tenía razón" nos dice que Abraham nace en el año 2150 a. de J.C., o sea, justo en el cambio de Era, de Tauro a Aries. "Abraham" significa "Venido del Carnero" o "Hijo del Carnero".

En Egipto, el faraón Amenemhat cambió el culto al Buey Apis por el culto al Carnero. (Ammón, alrededor del año 2000 a. de J.C.)

Las tumbas de Ur en Caldea, pinturas en Creta y Esculturas asirias dan cuenta clara de este cambio en la representación de la divinidad que coincide con el cambio de Era.

La llegada de la Era siguiente, la de PISCIS, coincide con el nacimiento del cristianismo, en la Primavera del año UNO de nuestra Era. Se produce nuevamente una profunda transformación social. El Mesías escoge como símbolo el Pez, y los primeros cristianos usaban al Pez para reconocerse. Pedro, así como los demás apóstoles, era pescador, y el pez acostado se ve en innumerables pinturas de aquella época.

Así transcurre esta era del Pez, y llegan los primeros atisbos de la Era de ACUARIO, la que está naciendo y que nos tocará vivir muy pronto. El período de cambio dura alrededor de 200 años, es por esto que algunos expertos dicen que Acuario ya llegó en 1945 y durante 200 años se producirá el cambio, hasta que en el 2145 o 2150 este totalmente instaurada la Nueva Era de Acuario. Sobre este actual cambio, nos hablan las profecías del Viejo y el Nuevo Testamento, San Malaquías, Nostradamus, Juan XXIII, Benjamín Solari Parravicini, etc.

Esta Nueva Era a la que hacemos referencia, el Tercer Milenio que ya esta naciendo, será de gran prosperidad, de gran elevación espiritual, de inimaginable progreso, de solidaridad y unión mundial, de plena y total justicia social.

Por otra parte, el cuerpo físico, el etérico, el emocional y el mental, sufrirán grandes cambios. El cuerpo físico será más grande, más esbelto, más sano y mejor formado. La cabeza será más grande, los ojos más alargados y la boca más pequeña.

Las funciones glandulares cambiarán y despertarán cambios físicos y psíquicos. Despertará la glándula pineal o epífisis, aumentando la manifestación de la Consciencia del Alma. Este es el nacimiento de la SEXTA RAZA RAIZ. Sus integrantes tendrán la clarividencia y clariaudiencia mentales. Las emociones serán dominadas por el cuerpo mental superior. Los guerras terminarán, las enfermedades comenzarán a desaparecer porque la medicina conocerá las causas verdaderas de estas y no los efectos como ocurre en la actualidad. El hombre no necesitará del dolor y del sufrimiento, etapa que ya ha comenzado. Esto traerá tristeza, angustia, temor, duda, y no debemos dejarnos dominar por ellos; si debemos agradecer a DIOS y a los Maestros por esta gran oportunidad para evolucionar, pasar de la oscuridad a la luz, tener acceso a los planos superiores y unirnos con todos los hermanos, visibles e invisibles.

Esto permitirá descorrer el velo que oculta la Verdad, pues podrá penetrar en los mundos sutiles y el Hombre conocerá la Verdad que los hará LIBRES como profetizó el maestro Jesús hace 2000 años, y como también esta incluido en las enseñanzas ocultas del maestro Hermes Trismegisto. El respeto de los mandamientos divinos y el conocimiento de las Leyes y Principios Universales que enunció Hermes, harán de la vida del Hombre del Tercer Milenio, una expresión pura del Alma y de todas las riquezas del Espíritu, pues no habrá limitaciones para la Mente y para el físico.

La sabiduría que encerró siempre la Doctrina Hermética sólo estuvo al alcance de la comprensión de pocos, pues solo una evolución adecuada de la mente y del espíritu, hacía posible llegar a la esencia de esta profunda Filosofía.

Hermes Trismegisto fue una encarnación física de uno de los más destacados Instructores que nuestra humanidad ha tenido, su misión, como la de otros Avatares e iniciados, fue la de enseñar el desarrollo de la Mente, el Cuerpo y del Espíritu, para promover por el camino más corto el ascenso hacia DIOS.

Su conocimiento milenario atravesó las eras para llegar más o menos oculto y velado a nuestros días, y está a punto de atravesar la barrera de Acuario, e ingresar a este nuevo mundo prometido, donde todos los sentidos internos del Hombre, más la ayuda de los Maestros Cósmicos, de los Hermanos Extraterrestres, de mayor evolución que la nuestra, y de toda la Jerarquía Blanca, harán posible la divulgación en todas las mentes de los hombres del Tercer Milenio, de la Nueva Era de Acuario, de los Conocimientos Eternos, de la Sabiduría de Grandes Maestros del Pasado, de Hoy y del Futuro, a quien la ignorancia del hombre de las Eras pasadas, ocultó, tergiversó y no permitió conocer; este Gran Maestro que fue conocido bajo distintas manifestaciones, como Hombre, como Sacerdote, como Divinidad, EL TRES VECES GRANDE, que hoy, en esta conferencia, vuelve a dar una mirada al mundo y a los hombres, para invitar a la Humanidad entera a preparar el Camino que nos llevará al Nuevo Reino, pero conociendo totalmente la infinita validez de los Principios Universales, nacidos en Dios y traídos al mundo por grandes seres, como HERMES TRISMEGISTO.            

El Quinto Hombre