Revista Digital de El Quinto Hombre
INVESTIGACION
DE VIDAS PASADAS -
LA MEC EN LAS RELIGIONES
(Pauta de comportamiento n° 23)
La gran mayoría de las religiones contemporáneas son reencarnacionistas;
pero el camino que hemos elegido no es religioso sino el de la investigación,
y en este camino las vidas
anteriores están reflejadas en la Memoria
Extracerebral, nombre científico del término reencarnación, expresado
por el Dr. Hamendras Nat Banarjee, médico hindú con posterior radicación
en USA. |
por Fabio Zerpa
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Muchas tribus y
civilizaciones ya perdidas, creían en la vida más allá de la muerte. Los
egipcios enterraban a sus muertos con todos sus adornos, ropas, armas
y distintos utensilios de cocina. Así pasaba con las civilizaciones preincaicas
y con los incas y aztecas.
El Libro Tibetano de los Muertos
es una descripción del siglo XIII, donde se narra con toda exactitud las
distintas vidas en el Bardo y en el plano físico. Este libro cuenta que
la vida entrevidas dura solamente unos 49 días, hecho que nosotros ya
sabemos que no es así.
Los australianos primitivos
pensaban que las almas residían en los bosques de sus hermosas montañas.
Era un gran rito celebrar la llegada del recién nacido junto a un elemento
natural, sea piedra, arroyo, árbol, laguna, montaña, etc., porque "el
niño era originario de alguno de estos elementos".
Para el judaísmo, surge la
noción del juzgamiento del muerto en una vida más allá de la tumba, luego
del cual puede ser enviado al cielo o al infierno. Recordemos a Daniel
12:3, donde se dice:" Tu te levantarás
en el fin de los días"; lo mismo que en Isaías 26:19: "Tus muertos vivirán, los cadáveres de ellos
resucitarán".
Para los hebreos, el hombre
es la finalidad de toda la creación y recibirá su pago, por sus buenas
acciones, en la vida eterna.
Para los católicos, los hombres
fueron inmortales en tiempos remotos, perdiendo esa característica después
que el primer hombre desobedeció a Dios comiendo la manzana de la sabiduría,
en el Paraíso.
El Evangelio centra su mensaje
en la esperanzada idea de que el hombre no camina hacia la catástrofe
biológica llamada Muerte, sino hacia una realización plena de cuerpo-espíritu.
En la Edad Media, la muerte
era considerada como indigna de la Iglesia, porque existía el recelo de
que la sangre del cuerpo muerto profanase el suelo del Templo de Dios.
Se temía el regreso de los difuntos, por eso se veneraban las sepulturas.
La muerte siempre es tomada
como una manifestación del Mal, de ese Mal inseparable de la vida.
Recién en el siglo XIX, el
pensamiento de la muerte empieza a asociarse a la idea de la ruptura del
compuesto humano, o sea, la separación del alma del cuerpo.
Ya en el siglo XX, los católicos
piensan que al nacer empezamos a morir un poco. El fin comienza en el
origen. La muerte marca la ruptura de un proceso, crea una cesación entre
el tiempo y la eternidad, que también existe. En el Concilio Vaticano
II, la famosa extremaunción es cambiada por el Sacramento de los enfermos, la visión de la muerte ya no es tan trágica,
sino que la creencia de la vida después de la muerte le da esperanza al
Hombre. Las dicotomías Cielo e Infierno, Purgatorio y Juicio Final no
son ya realidades futuras que comienzan a partir de la muerte, sino que
son verdades experimentadas y vividas, que llevan al Hombre a la plena
realización o a la frustración.
Para la Iglesia Católica existiría
un período intermedio entre la muerte y la decisión final, durante el
cual todo podría ser salvado. Habría un Paraíso para todos aquellos que
trabajaron para el lado bueno y un Infierno, donde van "los otros". El
Purgatorio está tomado en cuenta para los casos dudosos. Las oraciones
por las almas del Purgatorio fueron, hasta hace muy poco, la devoción
más popular de los católicos.
Si nos mantenemos abiertos
a todos y a Dios, haciendo las buenas obras que la Moral nos indique,
la Muerte no nos hará ningún mal y no habrá una segunda muerte. Ya comenzamos
a vivir el Cielo en este mundo, seguros de que estamos en el camino cierto
y verdadero.
Para el hinduismo, el proceso
de renacimiento es infinito y tiene la intención de llevar al hombre a
la comprensión de la verdad; cuando ésta es entendida, el alma se libera
del servicio del karma y del infinito ciclo de vidas y muertes físicas.
Cuando todos los deseos se
extinguen entramos en el Nirvana, el estado en el que iluminados, nos liberamos del mundo.
El Nirvana no es un lugar, sino un estadio en el cual las pasiones y los
deseos sensuales y egoístas se debilitan y desaparecen, para que la iluminación
y la libertad espiritual se manifiesten y estén con nosotros. El Nirvana
es un puerto seguro, un lugar sagrado, donde impera la perfecta paz que
todos anhelamos. Es como nuestro Mar de la Serenidad y la Tranquilidad,
con que he bautizado al ENTREVIDAS del médico canadiense Joel Whitton
El espiritismo ubica la realidad
en la investigación de los fenómenos psíquicos y mediunímicos. Busca la
razón de ser del hombre, su origen y el objetivo de la vida humana, así
como la evolución de los seres y la reencarnación.
Al comprender el proceso evolutivo
por medio de la reencarnación, se entiende la razón de las dolencias congénitas,
los odios gratuitos, las pasiones, las afinidades, la genialidad, las
diferencias entre pobres y ricos.
Al averiguar qué ocurre después
de la muerte, el espiritismo desarrolló la comunicación de los espíritus
a través de los mediums
Los Vedas también confirman
la realidad de los médium al asegurar la existencia de espíritus en estado
visible, acompañando a ciertos brahmanes.
Así podríamos hacer una larga
lista de religiones que opinan sobre la vida después de la muerte, pero
en general, una gran mayoría de religiones buscan el pasaporte con residencia
permanente en el Reino de los Cielos, después de pasar por varias vidas
físicas, quemando el karma correspondiente y cumpliendo la misión que
tiene todo ser humano, vivo o muerto: para encontrarse definitivamente
con su Creador. Volver al todo desde donde alguna vez partimos inmaculados.
El sentido del dolor y del sufrimiento.
Narraré a continuación, algo
que me sucedió al finalizar una de mis habituales conferencias sobre la
"vida más allá de la vida". Servirá para aclarar el concepto de Karma,
cuyo sentido muchas veces parece distorsionado.
Estaba a punto de retirarme
de la sala, cuando tímidamente se me acercó una mujer bajita, morocha,
de mediana edad. Me habló de su hermano mayor, hombre de una existencia
desdichada, abandonado por su mujer y su hija, con serios problemas económicos
y que, para colmo de males, sufría una terrible enfermedad que en poco
tiempo le ocasionaría la muerte.
-
¿A usted le parece, Zerpa?
Ha sido siempre infeliz. En poco tiempo se va a morir... ¿Qué sentido
tiene su vida? Es un hombre tan bueno... ¿Por qué lo castigaron tanto?.
Es muy común que la gente
razone así y se cuestionen estos problemas. Los que han leído algo sobre
el tema, lo atribuyen al Karma.
El sentido más difundido de
"Karma" (y el que a todos confunde) es el ocultista u oriental, que consiste
en "venir a pagar las culpas de una vida anterior". La gente se pregunta:
¿Por qué? ¿Por qué me pasa esto a mí? ¿Por qué soy tan desgraciado? ¿Por
qué tengo que pagar culpas que no me pertenecen?
Pero, en realidad, esas culpas
le pertenecen, porque esta vida que está viviendo es
una parte física de la eternidad de su espíritu, de su verdadero Yo Interior.
Una vida anterior siempre
tiene alguna culpa, más o menos grave, como también tiene buenas acciones
y beneficios. Cuando se baja a una nueva vida, se carga con las culpas
y beneficios de la vida anterior.
Pero no estoy de acuerdo
con la palabra Karma=Pago, no nos convence eso de "pagar". En realidad,
cada vida física que un ser va viviendo en la eternidad del espíritu,
es para aprender y aprehender las distintas facetas de ese espíritu inmaculado
que genera Dios, que nos hace bajar al mundo físico para pasar por distintas
experiencias.
A veces somos hombres; otras
mujer; ricos o pobres, almaceneros o médicos, ignorantes o grandes intelectuales,
según las diversas vidas que nos tocan vivir. Al cabo de todo el ciclo,
se mantiene un equilibrio: nadie fue, en todas sus vidas,
totalmente desdichado o totalmente feliz. Si conociera un solo aspecto
de las existencias, no podría crecer ni aprender.
El espíritu nace inmaculado
y tiene que cumplir con un aprendizaje (a través de varias vidas) hasta
que pasa a ser MAESTRO. En esta "carrera" hay de todo, principalmente
dolor, aunque a veces parezca excesivo e injusto. Pero no podemos ser
Maestros si no pasamos por el sufrimiento como experiencia.
-
Entonces, mi hermano va
camino de ser santo-, me dijo esta mujer con sencillez
No sabemos si va a terminar
santo o no, pero tenemos una recompensa. Aceptando nuestra pena, nuestra
"cruz" o sufrimiento, ascendemos un escalón, limpiando nuestro saldo en
rojo y podemos quedarnos más tiempo arriba. ESE ES EL PREMIO. Eso es
lo que le da sentido al dolor de nuestra existencia.
Debemos tomar conciencia
que el sufrimiento nos hace fuertes y grandes. Si
hacemos buena letra en medio de la adversidad, tenemos más esperanzas
y posibilidades de llegar a ese estadio del ENTREVIDAS.
Al avanzar en la escalera
de la sabiduría, se progresa tanto, de menor a mayor, que se puede llegar
a ser como Jesús, que está sentado a la derecha del Padre, como decimos
todos los católicos en el Credo que siempre se reza. En 33 años de vida,
el HIJO DE DIOS y del HOMBRE logró, a través del sufrimiento, tanta sabiduría
que se quedó al lado de Dios viviendo la verdadera vida, que está allá
arriba y no acá abajo.
Ese sufrimiento que cuestionamos
o nos parece excesivo, no es para pagar culpas ni es un castigo: es
un aprendizaje para ascender hasta EL MAR DE LA SERENIDAD Y DE LA TRANQUILIDAD
.- ¿Para ganarse el Cielo?, me preguntó
esta señora, que afortunadamente no tenía miedo de usar palabras.
Así es. Aceptar y superar
estas penas nos lleva al comúnmente llamado "Cielo" o como querramos llamarlo,
según nuestra cultura de esta vida actual.
Ocurre que el ser humano
no quiere sufrir, no desea problemas ni dolores, y en esto está equivocado,
porque es en la adversidad donde nos forjamos, donde sacamos la gran experiencia
para no cometer los mismos errores y apreciar la auténtica realidad espiritual.
Los seres humanos estamos
inmersos en un reino muy material. Podremos tener cosas sentimentales pero no espirituales, que son las que cuentan.
Los afectos nos sensibilizan y nos conmueven. Lloramos histéricamente
(el llanto de la hiena) pero no tenemos
el auténtico llanto, el llanto
de Jesús.
Cuando Él está clavado en
la cruz, padeciendo el máximo sufrimiento que haya experimentado ser alguno,
se le cae una gota de lágrima. Una sola. Esa es la expresión del dolor que está sufriendo con estoicismo,
sin estridencias, con humildad.
Quizá pudo haberlo evitado.
Sin embargo, lo aceptó como parte del plan divino. Tiene un solo instante
de flaqueza, cuando dice: "Padre, ¿por qué me has abandonado?". Pero es
sólo un momento de debilidad humana. No alcanza a opacar la real comprensión
que tuvo Jesús sobre el sentido y la misión del martirio que debía cumplir.
Hay otros exégetas que expresan que nunca dijo esa frase, pero si la dijo
o no, su valor ante el sufrimiento es profundamente valedero y trascendente.
El sofronizado, por ejemplo, comprende este significado del dolor y es
por eso que, al volver de la sofrosis, tiene otra actitud ante la vida,
se vuelve más espiritual, descubre su verdadero ser interno. El hombre
se da cuenta de que ya no es más un turista
de la vida, que no pasa por ella como si estuviera de vacaciones.
Olvida las quejas constantes,
el inconformismo, el ansia de poder y el tener siempre más. Trata de disminuir
la velocidad de esa carrera loca que lo destruye a él mismo y a los demás.
Empieza a gozar de otras cosas: contemplar un árbol, un niño o un perro
jugando, bañarse en un arroyo entre las sierras, leer un libro, etc.etc.
. En síntesis: comienza a descubrir y disfrutar
las cosas espirituales. Vivimos adquiriendo ropa, autos, casas...
y no nos brindamos bienes espirituales.
Esta adquisición de la espiritualidad
se refleja en el rostro. Es indescriptible
la sonrisa que tienen los sofronizados después de la sesión. La hemos
visto en nuestras experiencias con el Dr.
Mazzeo, el Dr. Arias y todos lo que practican la verdadera sofrosis
cuántica.
Coincidimos en que ese reflejo
del espíritu no tiene precio. Es una gran satisfacción tanto para el sofronizado
como para los técnicos y médicos que participamos de ese descubrimiento
interior.
Así se responden todos los
porqué.
Algunos, durante su etapa
de entrevidas, no quieren volver, no quieren sufrir y bajan instantes
antes del parto. Generalmente son muy rebeldes y traviesos durante su
infancia, pero igualmente vuelven para componer su saldo en rojo. Allí
está la "utilidad" del dolor.
No vivamos nuestras desgracias como castigo. No somos
"pobrecitos" ni dignos de lástima. Todo tiene un sentido, todo se relaciona.
Venimos a cumplir una misión.
Afortunadamente, y luego de
esta explicación, la mujer que nos fue a ver en la conferencia, se retiró
más tranquila, con algo más de paz interior. Y con un sonriente GRACIAS.
Espero que mis palabras hayan
causado el mismo efecto en su querido hermano, y en todos aquellos que
viven quejándose de su triste destino. Lo deseo profundamente, porque
el DARSE CUENTA ES FUNDAMENTAL.
Gracias por estar.
El Quinto Hombre
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