Revista Digital de El Quinto Hombre

INVESTIGACION DE VIDAS PASADAS - "LOS OJOS: ESPEJO DEL ALMA. LA MISMA MIRADA "
(Pauta de comportamiento n° 20)


Una constante que hemos encontrado en nuestras investigaciones es que a pesar de tener distintos cuerpos físicos, conservamos "la misma mirada", aún en el cambio de sexo.

La misma mirada es indicativa de un mismo espíritu en distintos cuerpos físicos. En muchos casos en los que hemos obtenido la MEC por la vía de la sofrosis, todos los testigos dicen que el común denominador es la mirada, conservada en distintas reencarnaciones.


por Fabio Zerpa

Mi propia hermana conservó de la vida de un hombre en el siglo XIX, SU ACTUAL MIRADA.

La maestra argentina que había sido esquimal, compartía miradas iguales, a pesar de que la forma de los ojos era totalmente distinta.

"Los ojos, espejo del alma". Evidentemente esta frase tiene una gran justificación en esta investigación, ya que la mirada (no la forma de los ojos) expresa el verdadero sentir de nuestro Yo interior; es el representante externo de las vivencias y sentires más profundos y auténticos. Así como el inconciente es el portador de hablar de nuestra alma, la mirada de nuestros ojos, expresa los sentimientos verdaderos.

Los ojos no mienten. Esta es otra expresión popular que, evidentemente, a la luz de nuestros conocimientos de la  MEC, es una verdad.

Los buenos telépatas y paragnostas, saben "leer" en la mirada nuestras intenciones. Nuestros padres, y sobre todo nuestra madre, también "saben ver" más allá de lo que expresan las palabras, muchas veces acomodaticias de una situación o sentimiento que queremos ocultar.

Los ojos tendrían, en esa mirada, el punto final de una conducción energética que vendría desde nuestra alma hasta la retícula, para manifestar nuestros verdaderos y auténticos sentimientos y pensamientos. La gran corriente energética espiritual que se mueve en todo nuestro organismo, tendría su expresión final en ese accionar de nuestra retícula.

Esa mirada también sería la representante de la intuición, no de la mera intuición, sino de la trascendente, portadora de la luz, y que algunos llaman la Lumínica, la  gran manifestación de lo extrasensorial.

Pienso que es allí, en la mirada, dónde se percibe, se siente, se piensa, y se manifiestan la gran cantidad de dones ocultos y naturales que nos devienen de tiempos inmemoriales. Es más, todo esto que quizá parece sobrenatural, no lo es, porque lo sobrenatural no existe, no existió ni existirá.  ¿Saben por qué? Porque todo es natural, producto de la Naturaleza, producto de la creación, de hechos y sucesos que consideramos naturales porque los conocemos. Las vivencias raras, las extrañas, las mal llamadas  "sobrenaturales", no las conocemos y las tildamos con esos motes para tapar nuestra ignorancia.

El proceso continuo de vidas tras vidas, es fundamentalmente un proceso de sensibilización y de acercamiento al Creador.

El Mahatma o Jesús de Nazaret, conocían a través de la  mirada, todo lo que acontecía en lo interno de los seres humanos. La mirada de Krishnamurti, de un potencial "energético" increíble, "sabía mirar" y "veía más allá", conocía el adentro y no le interesaba el afuera.

¡Pensar que todo el Occidente ha construido una sociedad del afuera y no del adentro! ¡Vales por lo tienes, no por lo que realmente eres!

Con la mirada podemos percibir y comprender más que con cualquier otro mecanismo sensorial o cerebral. Se puede analizar los mensajes ocultos y las imágenes verdaderas. Podemos descubrir la esencia del hombre, de nuestro semejante.

Por ello la mirada se traslada de vida en vida, porque somos solamente uno, en diversos roles. Los grandes maestros nos hacen conocer la vida total a través de todas las experiencias posibles que podamos sentir y vivir, para que logremos el todo; para que el uno sea el todo y el uno vuelva al uno, a la unidad.





EN LA PROXIMA EDICION, LA PAUTA NUMERO VEINTIUNO

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