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Revista Digital de El Quinto Hombre
INVESTIGACION DE VIDAS PASADAS -
NO SE REGISTRAN DELIRIOS DE GRANDEZA
(Pauta de comportamiento n° 22)
Las personas sofronizadas, en sus vidas anteriores no fueron grandes personajes
sino gente común, bien sencilla, lo que ha hecho más veraz
nuestra investigación.
Allá por 1973, cuando realizábamos hipnosis y no habíamos
descubierto aún el método de la sofrosis, el primer testimonio que
me llevó a encarar el tema de las vidas anteriores, fue una simple
ama de casa que tenía sueños reiterados sobre la caída desde un
acantilado muy alto; su cuerpo quedaba golpeado sobre las rocas
de un mar embravecido.
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por Fabio Zerpa
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Empezamos a indagar hacia
atrás, llevándola a la adolescencia y la niñez, sin descubrir ningún hecho
que pudiera ser estimado como la fuente de esos sueños. Había vivido una
vida muy tranquila, apacible, en un pueblo de la provincia de Buenos Aires,
en la Argentina. Nos animamos a ir, tímidamente, hacia atrás en el tiempo,
más allá del útero materno. La estimulaba a que me hablara, y no lo hacía;
se encerraba en un mutismo tremendo.
Hasta que hubo un momento
en que empezó a girar la cabeza, a fruncir el entrecejo, a mover los labios
con muchas vibraciones. Evidentemente, el miedo había aflorado a su conciencia.
Pasó largo rato así, hasta que pegó un grito tremendo; se tapó la cara
e intentó nadar en la camilla. Empezamos a inducirla, con el médico participante,
a que se tranquilizara, pero no aceptaba el requerimiento. Se movió muy
alterada, durante un buen rato, hasta que de pronto se tranquilizó, esbozó
una pequeña sonrisa, y empezó a balbucear. Por supuesto, estaba en el
bardo, entraba en el Mar de la Tranquilidad y la Serenidad.
Durante largo rato susurró
palabras que no entendimos, pero con una paz divina en el rostro y una
pequeña sonrisa que nos sobrecogía. "Estaba viviendo algo". Intentamos muchas veces inducirla a hablar,
y no lo hacía. Hasta que dijo: "Dios
está conmigo". Preguntamos, indagamos. "Dice
que tengo que volver". ¿Adónde? A
una nueva vida. ¿Falleciste? "Sí,
me tiré de un acantilado y me suicidé". "Soy Norma y debo volver". Hizo
una pausa. "Él me baja, me lleva a mi nueva vida". "Voy a ser Alicia y voy a tener
dos hijos".
Empieza un interrogatorio
más fluido y la conclusión fue que aquel sueño reiterado, en su actual
vida, era la muerte de su vida anterior. Allí tuvimos el primer eslabón
que luego confirmaría la pauta de que los accidentes y los suicidios no
permiten una larga vida en el bardo, porque ella volvió enseguida a ser
una nueva mujer, que tenía que cumplir la misión que había sido interrumpida
por el suicidio.
También aprendimos que ella
sabía ya su futuro nombre y algo de su vida (el tener dos hijos). Indagamos
más y fuimos atesorando los datos de la vida de Alicia, una española en
Granada, que vivió muy feliz con su marido e hijos en aquella parte de
España; una vida totalmente distinta a la torturada inglesa Norma, que
con amores frustrados, había dejado la vida a los 25 años, en aquel acantilado
de Dover que tanto recordaba.
La mujer de la provincia de
Buenos Aires (Argentina) nunca había estado en España y menos en Inglaterra.
Era una mujer de clase media, casada con un almacenero, que llegó a nosotros
para solucionar su sueño reiterado.
Así como el de esta mujer
simple, se empezaron a repetir los casos de gente de distintos niveles
sociales (empresarios, obreros, profesionales, sacerdotes, hombres de
campo, médicos, autoridades gubernamentales, etc.) que en sus vidas anteriores
eran gente simple, de distintos
pueblos del planeta, campesinos o ricos, artesanos o trabajadores del
campo, profesionales u obreros, que no habían tenido la gran
historia.
Todos los testigos, salvo
contadísimos casos, no se sienten
ni son, Napoleón, Alejandro Magno, Cleopatra, Hitler o algún otro personaje
de relevancia histórica.
Además, la variedad de testigos,
con formaciones religiosas muy diversas y con prejuicios en pro o en contra
de la MEC, que han atestiguado sobre las vidas anteriores por más de 30
años, convergen hacia el mismo testimonio, significativo y verdadero.
El nacer y renacer es fundamental
para todos aquellos en un proceso de evolución del que participamos todos,
sin distinción de clases y honores. En la muerte física, el alma o espíritu
deja el cuerpo para entrar en ese estadio, sin espacio y sin tiempo, evaluándose
posteriormente lo realizado hasta el momento, como se planifica luego
la nueva vida futura a emprender.
Ese proceso no es individual
sino grupal, porque entre todos los participantes de circunstancias vitales
en un mismo lapso, deben pagar sus saldos en rojo, dentro de la evolución
karmática.
Todo ello es narrado y dentro
de los 6000 consultantes, por gentes de todas las edades (de 9 a 78 años)
de todas las clases sociales (sin ninguna distinción), creyentes o no
en la reencarnación, con credos religiosos diversos (budistas, católicos,
protestantes, hebreos, etc.) con el gran cartabón documental de que esta
gente sencilla, sigue siendo gente
sencilla, salvo contadas excepciones.
El
no sentirse héroe o figura importante de la historia, es un hecho
que indica la validez de las investigaciones realizadas en tantos países
distintos: Argentina, Uruguay, Brasil, Chile, Perú, Colombia, Venezuela,
Costa Rica, República Dominicana, México, Estados Unidos, España.
Distintos testigos, de diversos
países, nos han contado sus vidas anteriores, en Africa del Sur, Nueva
Zelandia, países latinoamericanos, España, Alemania, Egipto, Rusia, etc.
Tal despliegue geográfico de vida nos hace pensar que el Salón de Escuela y el Aprendizaje están
muy bien encarados y computarizados en el ALLA ARRIBA.
Gracias por estar.
El Quinto Hombre
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