Revista Digital de El Quinto Hombre

Un formidable agasajo, un fortificante homenaje, para seguir en la lucha emprendida ya hace 53 años; hoy la batalla es mucho menos ardua y con mas reconocimiento, totalmente distinta, a  aquella de los años 1960 y 1970; que difíciles que fueron y que voluntad tuvimos.

El 1º de julio de 1973 salió “CUARTA DIMENSION”, como una revista mensual, solo para suscriptores, con las hermosas tapas pictóricas de mi primer aliado en la realización, NORBERTO DE LA PUENTE.
Luego cuando salió el número SEIS, estaba en los kioscos de todo el país, por la insistencia de mis amigos, los que fueran padrinos de ella, JUAN CARLOS ALTAVISTA Y JORGE PALACIO ( el entrañable COCO FARUK), porque ellos me presentaron a la DISTRIBUIDORA CIELO SUR y a la mítica figura del canillita, DOMINGO VACCARO, que hizo todo lo posible para que llegara durante 18 años, hasta Setiembre de 1990, a su número 200, y se pudieran vender, en sus buenas épocas, hasta 18.000 y 20.000 ejemplares, increíble para su época, a pesar de las locuras económicas de nuestra Argentina, sus vaivenes interminables.

 Mi amada CUARTA DIMENSION fue un hito del periodismo argentino, en los difíciles años de la dictadura militar de los 70; fue, junto a la revista HUMOR de Andres Cascioli ( mas kamikaze que yo), MUTANTIA de Miguel Grinberg y la muchachada de EL EXPRESO IMAGINARIO, las ediciones revolucionarias de aquel difícil tiempo, de plomo, fuego y sin libertad de expresión.

 Hoy son consideradas míticas por el periodismo argentino.
Cuando veo en los estantes de mis 4000 amigos y compañeros de vida, que son mis libros, a las encuadernaciones de los 200 números, me sonrío y pienso “que increíbles adelantados a las ideas que fuimos; que locos lindos; sin pensarlo estuvimos como espadachines culturales con las ideas del siglo XXI”; me siento orgulloso, no solo por mí, sino por aquellos lectores, muchos muy jóvenes, que juntaban las monedas, mes a mes, para adquirir las ediciones en los kioscos; me lo siguen diciendo a diario, y es más, muchos, me expresan, con profundo orgullo :

“FABIO, YO TENGO LA COLECCIÓN COMPLETA”. Hermosísimo.

Pero saben, CUARTA DIMENSION fue mi segunda hija de papel y tinta, como les llamo a mis ediciones, porque a los 21 años, habiendo cruzado recién el charco del Rio de la Plata, de mi Uruguay natal para llegar a Buenos Aires, mi amada ciudad, dirigí mi primera hija “PLATEA”, que codirigía con dos futuros talentos del teatro argentino, ALBERTO RODRIGUEZ MUÑOZ y YIRAIR MOSSIAN, Y “PLATEA” paso a ser la primera revista de teatro de la Argentina, y afortunadamente luego vinieron otras, porque el teatro siempre será la expresión más humana de comunicación de nosotros, los habitantes de este planeta, frente a otro semejante, sentado en la platea, que vino a vernos; la comunión teatral de todos los tiempos y que será eterna, como los libros, que no morirán; ya he editado en digital, pero el contacto con el papel y la ceremonia de dar vuelta la hoja, será siempre única y maravillosa.

Después, a partir de 1975, vendrán los otros hijos de papel y tinta, mi primer varón, “UN HOMBRE EN EL UNIVERSO”, que empezó el recorrido vital, de los que hoy son 24 libros, con el ultimo, sin aparecer aun, EL SABER SER, que viene atrás, de ese éxito formidable que tantas satisfacciones me está dando,  el OVNI Y CIUDADES INTRATERRENAS.

Pero…. CUARTA DIMENSION fue “ella”, la inolvidable, la  maravillosa, la que albergó a tanto talento, en tantos colaboradores, que llegaron a ser mas de 50 en el mundo entero, y que ahora, por la iniciativa de mi mano derecha durante tantos años, VICTOR MANUEL JARA, y el talentoso que se acercó hace tan poco a nosotros, DIEGO ARANDOJO, le dieron nueva vida a mi hija, y la tienen en Internet; sin olvidar a la pequeña webmaster VALERIA NIIZAWA, una hermosa y humilde “ponja” (como decimos los tangueros) que con sus ojos rasgados y su orientalismo,  tiene tanto talento creativo.

Un nuevo homenaje, una nueva satisfacción, un sentirme nuevamente respaldado por tanta, pero tanta gente, que me emociona profundamente, me maravilla y me catapulta a seguir trabajando. Como el primer día, en que vi aquel ovni, IMPACTO DE CONCIENCIA, en mi vida, aquel  17 de noviembre de 1959.