Revista Digital de El Quinto Hombre

 
fabio 3.jpgLOS EXPEDIENTES DE FABIO ZERPA
LAS MEJORES INVESTIGACIONES DE NUESTRO DIRECTOR, PROFESOR FABIO ZERPA Y SU EQUIPO DE PROFESIONALES, SELECCIONADAS PARA USTED EN ESTA NUEVA SECCIÓN DE
“EL QUINTO HOMBRE”; DOCUMENTOS DE INCALCULABLE
VALOR TESTIMONIAL E HISTÓRICO.


   
Se busca un continente.  

 

La Neo arqueología se ha propuesto ir más allá de la Arqueología, más allá en el tiempo y mucho más allá en los interrogantes planteados. He aquí uno de esos interrogantes...

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El estudio de las civilizaciones "desapare­cidas" ha ocupado siempre un sitial privile­giado dentro del campo de la historia anti­gua, desafiando la mente de los más insignes investigadores que agotan sus posibilidades intelectuales en aras de los mayores miste­rios de la humanidad.
¿Mu o Lemuria? ¿Dos nombres para un mismo continente? ¿Mu, una “colonia de Lemuria”? ¿Anteriores o de vida simultánea a la Atlántida? Y otra vez el mismo interro­gante: Lemuria y Atlántida, ¿por qué las confunden? ¿Fue esta última una colonia o factoría de la primera? Demasiados interro­gantes para hallar respuestas certeras na­dando en un mar de confusiones, especula­ciones y opiniones controvertidas.

La mayoría de los hombres de ciencia la ubican al oeste del continente americano, yaciendo en el fondo del Océano Pacífico. Churchward dijo haber averiguado que se había extendido desde el norte de las islas Hawai hasta las Fidji y la también extraña isla de Pascua. Madame Blavatsky la situa­ba hasta el Himalaya, que la separaba de un mar interior que cubría lo que hoy día es el Tibet, Mongolia, y el desierto de Gobi, extendiéndose hacia el sur sobre la India Meridional, Ceilán, Sumatra, Madagascar y Australia, penetrando en el Pacífico hasta la isla de Pascua. Williams Blandford mencio­na "un puente terrestre que unía África y la India". Sin embargo, Hans Stefan Santesson supone que Mu era el mismísimo Jardín del Edén, con lo que éste no se situaría en el valle del Tigris y el Eufrates.  Mu sería la cuna de la humanidad y sus influencias habrían llegado hasta nosotros a través de la civilización atlante, egipcia, caldea y de la Grecia y Roma clásicas.

Pues bien, ¿qué pruebas se poseen que logren atestiguar su existencia? Las mismas consisten en:

1) El hallazgo, en una cueva de Gobi, por el doctor Koslov, de un sarcófago dentro del cual se encuentran los restos de una pareja. El hombre llevaba un anillo con la letra griega Mu. El análisis realizado en base al carbono 14 otorgó a éstos una antigüedad de 13.000 años.
2) Representaciones halladas por Church­ward, quien observó que en muchas figuras orientadas, aquellos que se salvaron de la sumersión del desaparecido continente aparecen en forma de peces.
3) Semejanzas entre los grabados hallados en Norteamérica, Sudamérica y Polinesia (ruedas solares, distintas formas de cruces estableciendo algo así como una evolución de este emblema), que demuestran un "con­tacto" entre estas porciones continentales.
4) Las tablillas de Naacal, descubiertas por el ya mencionado Churchward, que dan cuenta de la existencia de esta cultura y en las cuales constan los detalles de la Crea­ción.
5) Una inscripción en el templo de Ural que reza así: "Este templo es un monumento conmemorativo dedicado a la existencia de Mu y de la forma en que desapareció bajo las aguas, lugar de origen de nuestros miste­rios"
6) Similares inscripciones en la Pirámide de Xochicalco (Imagen inferior).

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7) El Códice Troano que reza:

"En el año 6 Kan, en el undécimo Muluk del mes Kent, acontecieron terribles terremo­tos hasta el décimo tercio Chuen. La tierra de los montículos de lodo, la comarca de Mu, creció, elevada dos veces; desapareció du­rante la noche sacudidas sin cesar las profun­didades por fuerzas volcánicas, faltando a éstas; las salidas hundían y elevaban la tierra en diferentes sitios. Al fin cedió la superficie y diez comarcas hechas fueron esparcidas incapaces de resistir las fuerzas de las con­vulsiones. Se hundieron con sesenta y cuatro millones de habitantes, 8.060 años antes que este libro fuese escrito".
8) El documento que se halla en un templo budista de Lhasa, que refiere que "La tierra y sus habitantes se volvieron añicos, tragán­dose las profundidades".
9) Las cuevas que se encuentran en Améri­ca del Norte. En California existen, asimis­mo, gigantescos grabados que pueden com­pararse a las no menos misteriosas figuras de Nazca. Igualmente, en Ohio y Misisipi hay amontonamientos formando figuras: siluetas de aves, reptiles, hombres, etc. Pero, lo real­mente digno de destacar son las cuevas de Maestra Hull, donde se hallan edificaciones megalíticas. Dice al respecto Sharon Chef Ken: "Ahí, en una colina boscosa, hay enor­mes lajas y coronamientos de granito, algu­nos hasta de 75 toneladas, que descansan sobre el suelo en un desorden completo, formando primitivas rampas, plazas, pasa­jes subterráneos y cabañas parecidas a cel­das. No sabemos quiénes trajeron y palan­quearon las pesadas cargas de granito y las colocaron donde están, ni por qué sus cons­tructores trabajaron tan arduamente para erigir esta singular aldea de piedra...". La mayoría de los estudiosos atribuyen en estas construcciones a los vikingos, los famosos hombres rojos, pero sabemos que éstos se preocupaban más por la navegación que por la albañilería y, siendo la lémur una civiliza­ción solar, bien podría tratarse de los hom­bres rojos mencionados que serían no los vikingos, sino los Uigures, habitantes de la legendaria Lemuria o Mu.

 

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De izquierda a derecha: Cnel. James Churchward; Helena Petrovna Blavatsky; Hans Horbiger
Debajo: portadas de obras del Cnel. Churchward, varias de las cuales fueron publicadas en los años 80 por la desaparecida editorial ATE

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 Pero lo que llama la atención es la noticia aparecida el 30 de julio de 1973 en la revista; "Newsweek", donde se menciona una colonia de hombres que habitan en las "entrañas del Monte Shasta", al norte de California. Estos seres, vestidos con largas túnicas blancas, altos y barbados, nos recuerdas los dioses de que hablan los mitos. Lo misterioso es que nadie, nunca, ha podido acercárseles pues existe como una "barrera invisible, una especie de energía que "rechaza" quien desea penetrar en ese sitio. Estos extraños seres son denominados lémures.

Veamos qué opiniones circulan sobre existencia de este Continente. Fue el alemán Schachter quien comenzó hablando de Lemuria al observar, en la isla de Madagascar restos semejantes a otros encontrados en Australia y Malaya; además, encontró similitud entre los monos lémures y el hombre (de allí derivaría el nombre que se atribuye a esta desaparecida civilización). A partir de aquí, elaboró una teoría que daba a Lemuria el honor de ser el origen del ser humano.
Fue entonces que apareció el conocido biólogo Haeckel, reformando la opinión de su compatriota, aunque sin presentar pruebas sobre el particular. El tercero sería también el alemán Horbiger, quien desarrollaría la teoría que explica la caída de las tres lunas estando, en la actualidad, regidos por el cuarto satélite. La caída de la tercera luna habría provocado grandes cataclismos, la desaparición de Mu y de Atlántida. Esta teoría llegaría a coincidir con los "períodos" establecidos por Blavatsky, para quien los lémures constituyeron la "Tercera Raza". Ella misma expone que " la parte atlántica de Lemuria fue la base geológica de lo que se conoce generalmente por Atlántica ,pero de­be más bien considerarse como un desarro­llo de la prolongación atlántica de la Lemuria, como una masa de tierra nueva, levanta­da para atender las exigencias especiales de la cuarta Raza Raíz, la Raza Cuarta atlante se desarrolló de un núcleo de hombres de la Raza Tercera de la Lemuria Septentrional concentrado, por así decirlo, hacia un punto de lo que ahora es el Océano Atlántico me­dio...

 

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La Lemuria no debe confundirse más con el continente Atlántico, como Europa no se confunde con América". Además, considera que la destrucción de Mu o Lemuria se pro­dujo a causa de fuegos subterráneos provoca­dos por convulsiones internas y a la ruptura del lecho de los mares.
Para el conocido escritor y arqueólogo Aniceto Lugo, durante la existencia de esta porción de tierra todos los pueblos estaban contactados entre sí; el hundimiento del mis­mo los aisló; los pueblos se diversificaron perdiendo y olvidando el primigenio inter­cambio, a la par que el espantoso cataclismo sumió a muchos en la barbarie entregándose a cruentos sacrificios rituales para "aplacar la ira de los dioses". Lemuria sería la primera tierra que brotó del fondo de los mares siendo el sitio donde advino el hombre por vez primera. Para Lugo, Mu precedería a Atlántida, en lo cual estaría de acuerdo con los otros estudiosos citados. Pero, existe un problema que por el momento no tiene solu­ción alguna y es en lo que a cronología se refiere, pues, de acuerdo a los estudios rea­lizados sobre ambos continentes, habrían existido y desaparecido en forma conjunta. Es más, hay muchos manuscritos que al ser descifrados nos sumergen en un abismo de confusiones pues es imposible, práctica­mente, discernir correctamente a la destruc­ción de cuál de ellos se refieren, ya que los detalles parecen coincidir plenamente, ra­zón por la cual se ha pensado muchas veces, que se trataba de un solo continente cuya denominación variaba según la región que "relataba" los hechos, Algo así como estar frente a un simple problema idiomático. Sin embargo, analizando los mitos indígenas de América, es fácil observar que mencionan dos corrientes civilizadoras: una procedente del Este y otra del Oeste, hallándose simili­tudes entre ambas, más aún, parecidos físi­cos entre el dios que había llegado del Este y el del Oeste.
Por todo lo expuesto, podemos deducir que nos hallamos frente a otro de los grandes misterios que encierra nuestro pasado y también frente a las limitaciones de la cien­cia histórica cuyas falencias será muy difícil superar hasta tanto no se realice una revisión total del pasado más lejano. Si bien éste parece querer escapar de nuestras manos, es posible que algún día se encuentre un hito que nos conduzca por senderos más lógicos, concretos y seguros que por los que transi­tamos actualmente.

 

 

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“DOS SINGULARES HERMANOS”

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“Telequinesis” significa literalmente “obrar a distancia”, producir movimientos o alteraciones sin llegar a tocar los objetos. No es un truco de magos, sino el uso de una propiedad energética. En algunos individuos, se convierte en un caso notable. Tal el de los hermanos Schneider, que desarrollaremos en nuestro próximo

EXPEDIENTE DE FABIO ZERPA

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