Revista Digital de El Quinto Hombre

UN UNIVERSO DISCIPLINARIO DE RELACIONES

 

La Numerología es el arte y la ciencia de comprender la significación espiritual y la progresión ordenada de toda manifestación. Cada palabra o nombre vibra conforme a un número, y cada número tiene su significación interna. Cuando se comprende y aplica correctamente el código de las letras y los números, nos introduce en una relación directa y estrecha con la inteligencia subyacente del universo. Una gran parte de nuestra comprensión espiritual y científica de los números se la debemos a Pitágoras.


Por la Lic. Beatriz Romano
Él descubrió la significación mística de los números, advirtiendo que los dígitos del 1 al 9 representan los principios universales en el plano macrocósmico. A nivel personal, es decir, en el plano microcósmico, representan las características y las facultades del individuo, además de los acontecimientos de su vida.

Pitágoras enseñaba que los números tienen una significación independiente del valor que señalan sus signos. Los números difieren de sus signos. Los números representan cualidades; los signos representan cantidades. Los números operan en el plano espiritual, mientras que los signos sirven para medir las cosas en el plano material.
Cada número está regido por un planeta que le otorga diferentes características, ya sea en lo positivo como en lo negativo. Aquí vemos como la Astrología, ciencia que estudia como predecir sucesos según la situación y aspecto de los planetas, se hermana con la Numerología.  

Para comprender algo más de la Astrología, podemos diferenciar la Astrología Oriental (China) de la Astrología Occidental.
En la Astrología Oriental contamos con cinco elementos que componen el universo y que tienen que ver con el credo lunar. Ellos son:
LA MADERA: Regida por Júpiter. Simboliza la creatividad, la armonía, la temperancia.
EL FUEGO: Regido por Marte. Representa la pasión, la fecundidad, el calor, la energía, la clarividencia.
LA TIERRA: Regida por Saturno. Es símbolo de la abundancia, la seguridad, el realismo, la reserva y la prudencia.
EL METAL: Bajo la influencia directa de Venus. Es sinónimo de la voluntad, la integridad, la castidad y la dureza.
EL AGUA: Regido por Mercurio. Simboliza la interiorización, la lucidez, el misterio.

La Astrología Occidental comparte algunos de estos elementos y varía otros. En total son cuatro elementos y están asociados al credo solar. Ellos son: FUEGO, TIERRA, AGUA y AIRE.

Estas dos ciencias, como la Numerología y la Astrología, también están relacionadas con el I Ching, técnica milenaria de autoindagación y orientación.
El I Ching está basado en un sistema binario: Yin - Yang. Su base no es numérica sino conceptual, sus dos únicos elementos son el YIN (línea partida) y el YANG (línea entera), los cuales  por relación entre ellos y consigo mismos en seis lugares o puestos, dan origen a un sistema binario de 64 combinaciones (sistema cerrado) y cuya semántica es el sistema completo de las situaciones existenciales posibles para todo individuo.
El filósofo y matemático Gottfried Leibniz había concebido un sistema matemático al que había designado binario, en función de que se apoyaba en dos elementos, el 0 y el 1, y que en el siglo XX, fue la base de nuestros actuales sistemas de computación.


Pakua - los 8
trigramas del I Ching
Hacia el siglo XVII, un misionero católico que venía de China le entrega a Leibniz un misterioso libro que traía y para su asombro, el matemático se encuentra con que el sistema que él se autoatribuía, ya figuraba en ese libro con una antigüedad de 4400 años aproximadamente. El libro era el I Ching. Ya desde un principio, observamos entonces, que la historia del I Ching se remonta a la constitución de 8 trigramas, que al ser combinados en todas las formas posibles dan un total de 64 hexagramas.
El infinito, el 8 horizontal, significa "como es arriba, así es abajo", un símbolo del poder. El misterio del 8 radica en el movimiento en espiral, eterno, continuo y constante en el universo.

Es el número del karma y posee el vigor preciso para superar todos los obstáculos y triunfa gracias a su capacidad y su perseverancia y a los planes formulados gradualmente durante los siete ciclos anteriores. El 64 es la suma de 6 + 4 que da 10, que simboliza el todo o la nada de acuerdo a como se trabaje dicho número, llegando finalmente al 1, a través de la suma del 1 + 0. Es el principio yang, lo masculino, original, el comienzo de todo.


Los hexagramas del I Ching
reproducidos de una enciclopedia
aparecida en China durante el siglo XVI

En cada uno de los hexagramas numerados del 1al 64 podemos hallar también un mensaje numerológico, que en muchos casos se corresponde con la sentencia del Oráculo o con la imagen del hexagrama. Siempre es una orientación más que se puede tener al respecto.

Otro dato importante. En el TAO TE CHING, XLII, encontramos:
EL TAO ENGENDRA EL UNO
EL UNO ENGENDRA EL DOS
EL DOS ENGENDRA EL TRES
EL TRES ENGENDRA LAS DIEZ MIL COSAS.
LAS DIEZ MIL COSAS ENGENDRAN EL ELEMENTO OSCURO DEL EXTERIOR
Y EL ELEMENTO LUMINOSO DEL INTERIOR.

Nos está hablando del principio creador del mismo modo que lo hace la Numerología.
Veamos otra explicación basada en la Numerología. En la tirada de las monedas del I Ching, se llega a los resultados de 6,7,8,9. Cuando aparece un 6 ó un 9 nos encontramos ante una línea mutante o fluctuante. Es la línea que da origen al hexagrama complementario. Cada línea presenta dos momentos: de subida (líneas fijas, no mutantes, no saturadas con resultado 7 ú 8) y de declinación (6 ó 9). En ese momento la línea se encuentra en su último estadio. Ahora bien, por qué se elige el valor de 6 ó 9 para las líneas fluctuantes o saturadas. Nos encontramos aquí ante dos dígitos de suma significación debido a que simbolizan múltiplos del número 3, símbolo del trino o triángulo, reconocido en distintas técnicas y culturas como un símbolo de perfección y compendio de sabiduría. Son así el último dígito de cada elemento Yin-Yang.

De este modo se puede reflexionar acerca de que cada disciplina, ciencia y oráculo tienen una relación vincular en su esencia, y hasta, si se quiere, una explicación bastante lógica y racional, mal que les pese a los escépticos a estos menesteres. Es así como experimentamos que en un principio, cuando el hombre sabio, el filósofo, el intérprete de la naturaleza, comenzó a decodificar los símbolos y signos que se hallaban en la esencia del Universo y los relacionó con el individuo, se dio cuenta de que todo se correspondía, nada estaba separado, todo partía de una unidad y volvía a ella.

Todo en la vida se desarrolla por ciclos, que terminan cerrándose en círculos que vuelven a recomenzar a modo de espiral; por eso se habla de la "rueda de la vida".

Pasaron muchísimos años hasta que pudimos comprender, como lo hacían los antiguos sabios, cómo se concatenan los diferentes sucesos en los procesos de vida de las personas, y cuando lo descubrimos notamos la relación que existen entre ellos.

Las experiencias en la vida de cada individuo forman la trama de una gran red vincular y universal donde cada hecho corresponde a los hilos que se han ido tejiendo desde el origen del universo. Quizás recién ahora estamos despertando a esta nueva visión y es por eso que nos estamos comunicando a través de esta gran red virtual.

 

BIBLIOGRAFÍA

Javane, Faith y Bunker Dusty: La clave secreta de los números, Barcelona, Ediciones Martínez Roca, S.A., 1984.
Loisi, Osvaldo: I Ching como método de autoindagación y orientación personal, Buenos Aires, Ed. Uritorco /  Ed. CS, 1990.
Rocco, Gustavo Andrés: Método Card para la consulta del I Ching, Buenos Aires, Beas Ediciones, 1993.
Rocco, Gustavo Andrés: Cómo interpretar el I-Ching, Buenos Aires, Beas Ediciones, 1994.
Lao Tse: Tao Te Ching, Chile, Galaxia del Libro S.A. - Coltex S.A., 1993.

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