Revista Digital de El Quinto Hombre

EL INQUIETANTE MOVIMIENTO DE LOS CONTINENTES

                                                                                              por Marta Virginia Capallo

 

Desde el momento en que el Hombre pudo constatar que los continentes no se hallan "anclados" en los lechos oceánicos, sino que por el contrario se desplazan muy lentamente "a la deriva" apoyados en un fondo marino "elástico", se pudo comenzar a interpretar más ajustadamente el origen de los mismos y también lo que hace a su comportamiento futuro.

La deriva de los continentes.

Las teorías elaboradas al efecto señalan que en sus comienzos las tierras sólidas formaban un enorme supercontinente, el que fue denominado "tierras de Goldwadna".

Posteriormente, el vulcanismo combinado con los movimientos sísmicos causaron la fractura del supercontinente, para formarse posteriormente varios de ellos, separados entre sí por distancias que se ampliaban gradualmente. Entre estos continentes se extendieron entonces los mares y océanos.

La posterior actividad de los volcanes y los violentos terremotos causaron la brusca desaparición de algunos de ellos e incluso modificar los contornos y extensión de los que subsistieron.

Entre los desaparecidos se cuentan dos que ya son parte de la leyenda: Atlántida y Mu. Según algunos estudiosos, Atlántida ocupaba la parte central del Océano Atlántico, llegando en su parte occidental hasta las inmediaciones del Golfo de México. Más aún, lo relacionan con las islas que componen las Bahamas.

De Norte a Sur abarcaba desde así Groenlandia (allí estaba el mitológico país de los hiperbóreos con su fantástica  capital: Thule) hasta casi los 55 grados de latitud Sur.

Sin embargo, se discute aún si Atlántida era en realidad un solo bloque continental o la estructura de un sinnúmero de grandes islas.

En lo que se refiere a Mu, este continente se situaba en lo que hoy es Oceanía.

El futuro de los continentes.

El desplazamiento de los continentes, ayudado por la velocidad orbital y rotacional de nuestro planeta, hace que en algunos casos los continentes tiendan a juntarse mientras que en otros pueden llegar a separarse paulatinamente entre sí.

Por ejemplo, las islas del Pacífico Sur, como ser las Filipinas, Java e incluso Nueva Guinea se dirigen lenta pero sostenidamente en dirección al Océano Indico, calculándose que podrían llegar a juntarse con la península de la India.

Los movimientos verticales de los continentes.

Pero esto no es lo único que ocurre con los movimientos continentales.

Recientemente se ha podido establecer que no sólo derivan sino que sufren también desplazamientos verticales, especialmente en lo que hace a sus cortezas.
En efecto; los geofísicos y geodestas establecieron que en la zona del Cáucaso la corteza terrestre asciende con una velocidad de 14 milímetros por año, mientras que la parte occidental de Europa desciende 6 a 8 milímetros en ese mismo período.

También en Moscú la corteza terrestre desciende, pero más lentamente. Dos milímetros por año.

Estos lentos movimientos verticales de la corteza de nuestro planeta se registran mediante el uso de instrumentos.

Conocer esos desplazamientos y tenerlos en cuenta es de suma importancia para erigir grandes obras y construcciones, sobre todo edificios gigantes destinados a servir durante siglos, como por ejemplo los embalses de agua dulce.

La adquisición de datos sobre los movimientos de los continentes se ha convertido en un elemento de importancia para un mejor devenir en el futuro del hombre.

Tras la inmersión cataclísmica, de estos continentes solamente quedaron algunas islas en el Océano Atlántico y una importante cantidad de islas e islotes en el Océano Pacífico.

Se cree actualmente que Australia forma parte de Mu, aunque no hay prueba concreta de ello.

 

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