Revista Digital de El Quinto Hombre

LA MEMORIA EXTRACEREBRAL

En mi largo camino investigativo, llego al año 1971 en el cual conozco un hombre clave en mi conocimiento del tema de las vidas anteriores que empezó a asombrarme con "evidencias" de las vidas anteriores: me refiero al Dr. Hamendras Nat Banarjee, quien hablaba, con una naturalidad asombrosa en sus conferencias, de la Memoria Extracerebral (MEC).


por Fabio Zerpa

Esta denominación había sido acuñada por él y no se cansaba de repetir que la palabra reencarnación era ocultista, religiosa, espiritualista, y que él estudiaba todo este tema, desde el punto de vista científico.

Señalaba que conocía veinticuatro casos de vidas anteriores debidamente comprobadas y como en aquel día de 1959 en que vi un ovni, me asombré y pensé por supuesto....Que disparate está diciendo este hombre?.

Qué significaba esto de debidamente comprobadas?. El protagonista X le decía al Dr. Hamendras que había vivido una vida anterior, que estaba casado con fulana de tal, que tenía tales hijos, tal profesión, que vivió en tal lugar, etc.

El Dr. Banarjee iba a esos lugares y trataba de constatar si realmente lo que le decía el testigo era lo que él realmente había vivido, si era verdad o no, hacia investigación in situ, como yo con los ovni(s), la parapsicología y la neoarqueología.

Trataba de encontrar las veintiuna coincidencias que le pedía el camino de la ciencia académica, la ciencia ortodoxa. Y constató en esos veinticuatro testigos las vivencias de sus vidas anteriores; había encontrado las veintiuna coincidencias necesarias en cada uno de los casos, mostrando una realidad de la que él mismo se asombraba.

El Dr. Banarjee provenía de una religión reencarnacionista, como es el hinduismo, y para mí, un hombre de religión cristiana, la reencarnación no recibía investigación y/o conocimientos universitarios occidentales; no me resultaba un tema científico, pero me gustó muchísimo la convicción, la simpatía, la entereza, la valentía del hindú. Presentaba ante el público argentino sus conocimientos realmente notables, afirmándose siempre en lo que él creía fundamentos científicos.

Todo lo decía con una gran naturalidad, con una profunda convicción, no cansándose de repetir la palabra ciencia. A pesar de pertenecer yo, a una familia, a una cultura y a un conocimiento totalmente ortodoxo, no me encerré en ello, y encontré mi Norte para siempre: acicates para investigar. Hamendras me había dejado clavada la inquietud de poder empezar a comprender un tema tan difícil de encarar, de buscar el sí y el no, el justo medio que pienso debe transitar toda investigación, y sobre todo ante éste tema tan insólito (para mi cultura).

Y ese espíritu investigativo es el que he tenido desde mi niñez; lo llevo dentro de mí, en forma permanente. Y sí, éste tema era un formidable acicate para empezar a bucear, indagar, a encontrar lo positivo o lo negativo. Y ante mis interrogantes y mis primeras investigaciones, seguía desarrollándose la década del 70 y comienza a llegar información de los Estados Unidos y de Europa sobre el análisis de otro tema fabuloso "la vida después de la vida", ó "la vida después de la muerte" ó, como lo he rebautizado con el Dr. Norberto Arias, "la existencia más allá de la vida", es decir esas experiencias que viven muchos de nuestros semejantes que, luego de producírseles un paro cardíaco comienzan a transitar un túnel por el cual llegan hasta una luz y un gran portal, donde aparece una figura (alguien, religioso o no) que le indica, con un gesto o una voz, que debe regresar a la vida. El médico, mientras tanto, que lo daba por muerto había extendido el certificado de defunción. No se produjo la muerte física sino que generaba una vida latente, sin aún haberse producido la detención cerebral.

Por entonces comienzan a realizarme interrogatorios y entrevistas periodísticas, tanto televisivas como radiales ó gráficas (era un tema insólito y recurrían a mí para dilucidar interrogantes), y ante mis afirmaciones y disquisiciones, se fueron acercando a nuestro Instituto, médicos cardiólogos de la Argentina que comenzaban también a darse cuenta de ésta realidad; habían pensado, en un primer momento, que las experiencias comentadas por sus pacientes eran alucinaciones, y usted sabe, tanto como yo, que las alucinaciones reiteradas con un mismo contexto dejan de ser alucinaciones; hombres comunes como Usted o yo, habían "vivido" extrañas experiencias en el más allá de la supuesta muerte: todos se colocaban en un túnel, llegaban hasta el portal y se encontraban con alguien pidiendo el regreso. Comencé entonces a preguntarme qué había más allá de aquel portal. Víctor Sueiro lo trajo a primer plano, otra vez en la década del 80.

Quién era esa persona que determinaba el regreso a la vida? Un tema fascinante para investigar, para indagar, para bucear.

También en la década del 70, como siempre, me había apasionado el tema Tiempo. En aquel entonces realicé un documental que se llamó "OVNI: Dimensión Tiempo". Y ahí, tomando la posibilidad de que las naves extraterrestres fueran "viajeros del tiempo", hablaba de las distintas concepciones del tiempo que se habían desarrollado a través de todas las culturas y civilizaciones.

Para unos, era nacer, desarrollarse y morir, cerrando un permanente círculo. Para otros, el tiempo era un eterno presente, lo eterno; otros pensaban que el tiempo era un pasado y un futuro, porque cuando digo pasado ya estoy entrando en el futuro y no existía el presente; pero para Sir Arthur Edington era otra realidad: "El Tiempo es un gran mapa donde todo está escrito, y somos nosotros los que nos sumergimos en él".

Qué buena idea para éste tema de las vidas anteriores!, pensé. También me encontré con que un excelente hombre de ciencia y profesor de matemáticas, J W. Dunne, quién había construido una estructura teórico matemática realmente muy interesante, aunque bastante extraña.

Lo que era importante para mí radicaba en que Dunne demostraba en el resultado de su experimento, que en el registro de los sueños, mientras nosotros dormimos, en estado de abstracción, la mente puede atravesar los límites previamente aceptados como posibilidad física. La mente soñadora puede ir más allá del punto que hemos alcanzado en la vida.

Y entonces me pregunté: Qué nos puede impedir ir al pasado, desde el presente hasta una encarnación anterior? Subyugante! Y hablar del tiempo es imposible sin mencionar al genio de Albert Einstein, que juntamente con Max Planck son para mí (quizás no solo para mí sino también para otros) los dos nombres que "puentearon" el pensamiento del hombre contemporáneo, ya que habiendo nacido en el siglo XIX llegaron al XXI con sus teorías, sus investigaciones, sus pensamientos.

Albert Einstein, allá en la década del 40, expresó una frase muy significativa: "La muerte es el pasaporte al mañana". Que posible gran realidad!

 

Para profundizar estos temas puede investigarlos con el libro, video o DVD, titulados EL MUNDO DE LAS VIDAS ANTERIORES, de la autoría de FABIO ZERPA, solicitándolos a la Fundación Fabio Zerpa: fundación@fabiozerpa.com.

 

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