Revista Digital de El Quinto Hombre
INFORME ESPECIAL: LA NEUMONÍA
Calificada como la sexta causa de muerte en las estadísticas
mundiales, su incidencia en las personas va en aumento a medida que emergen
nuevos factores predisponentes. Esta delicada enfermedad inflamatoria
es un problema bastante común en la sociedad actual y aquí la analizamos.
También incluimos la hidroterapia como método alternativo para curar esta
enfermedad.
Como nefasta carta de presentación, la neumonía adquirida
en la comunidad es un problema bastante corriente en los días actuales
y figura en el sexto lugar entre las principales causas de muerte.
El término neumonía está referido específicamente
a una enfermedad inflamatoria que abarca el parénquima pulmonar más que
a las vías aéreas, si bien ambos procesos pueden ocurrir simultáneamente.
Vale aclarar que parénquima es el tejido vegetal constituido por células
adultas de forma cúbica, prismática o esferoidal, con las membranas delgadas
y no lignificadas.
Una fría definición de esta enfermedad determina que
es una inflamación con infiltración exudativa de los alvéolos, el intersticio
pulmonar y los bronquios. Condensa el pulmón, impidiéndole la hematosis.
El agente causal más importante (en el 90 % de los casos) es de tipo infeccioso
microbiano.
La neumonía puede ser clasificada de acuerdo a la fuente
de infección, al agente de la infección o al lugar de mayor afectación
por el proceso patológico.
Bronconeumonía "en parches, debida a Haemophilus
Influenzae
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Severa neumonía intersticial debida a PneumoCystis
Carinii en un paciente con infección avanzada por el virus
de la inmunodeficiencia humana
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No todos los pacientes con neumonía adquirida
requieren ser hospitalizados y en muchos casos puede implementarse en
el mismo domicilio del enfermo, un tratamiento oral o bien intravenoso
con éxito. Sin embargo, las siguientes características favorecerán la
derivación al hospital:
- Escasos recursos en el hogar
- Temperaturas extremas (menos de 35 ºC o más de 40ºC)
- Evidencias de compromiso generalizado en la auscultación
- Viaje reciente al exterior.
Sería importante resaltar que el término neumonía
atípica significa cosas bastante diferente para distintas personas.
En la neumonía debida al Mycoplasma, la enfermedad es más
común en adolescentes y adultos jóvenes y suele presentarse con un comienzo
más gradual que la neumonía bacteriana convencional. Es normal que comience
con dolor de garganta u otalgia y es frecuente la tos seca y síntomas
extrarrespiratorios destacados.
La neumonía debida a Legionella spp es más común en ancianos,
particularmente en aquellos con enfermedad pulmonar crónica. La mortalidad
se eleva en estos casos.
En tanto, la neumonía viral es más común en lactantes
y niños, siendo probable su severidad en pacientes con resistencia disminuida.
INVESTIGACION DE LA ENFERMEDAD
En lo que respecta a la investigación de la neumonía
está indicado siempre realizar una radiografía de tórax en los pacientes
con sospecha de la enfermedad, mientras que es conveniente efectuar en
todos los pacientes graves, un examen microscópico y cultivo del esputo.
Esto es esencial si se sospechan microorganismos inusuales.
Especimen de esputo que muestra
abundantes neutrófilos y neumococos
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Dentro del marco de los pacientes gravemente
enfermos, la investigación también lleva a realizar chequeos de gases
en sangre arterial al igual que hemocultivos.
En los casos de diagnósticos de malignidad o de otra
patología severa se recomienda una tomografía computada de tórax. Si los
pacientes presentan obstrucciones, o se encuentran inmucomprometidos o
se deterioran con patógenos desconocidos, la investigación se deriva a
una broncoscopia.
Si se estima que se trata de asma por lo general, los
facultativos ordenan pruebas de función pulmonar.
Para la mayoría de neumonías bacterianas no complicadas,
la duración del tratamiento será alrededor de 10 días, aunque si se sospecha
neumonía atípica o bien comprobada, es prudente continuar el tratamiento
por 14 días y posiblemente por 3 semanas para la neumonía debida a Mycoplasma
pneumoniae.

Neumonía severa que afecta el lóbulo superior derecho
y los lóbulos inferiores debida a Legionella Pneumophila
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MEDICINAS ALTERNATIVAS
Antes del descubrimiento de los antibióticos, muchos
médicos de fama internacional apelaban a la hidroterapia para tratar a
los pacientes que habían contraído una infección aguda de los pulmones.
En el libro "La curación por el agua" de Dian Dincin
Buchman se destaca que la hidroterapia no "atacaba" el aspecto patogénico
de la infección, sino que actuaba como regeneradora del metabolismo general.
Los tratamientos hidroterapéuticos de la neumonía están
dirigidos a estimular el sistema inmunitario del organismo, ampliando
la eliminación por vía cutánea, desbloqueando zonas energéticas y logrando
un buen tono corporal mediante una correcta circulación sanguínea.
La neumonía requiere, para su curación, un reposo absoluto
y una hidroterapia reforzadora del organismo, aunque es bueno remarcar
que no reemplaza la necesidad de una adecuada atención médica de la enfermedad.
Buchman señala que además de beber gran cantidad de agua
y otros líquidos, existen dos hidroterapias esenciales. Una de ellas es
la compresa entrecruzada de pecho, y la otra consiste en realizar 3 veces
al día masaje de fricción con agua fría.
De acuerdo a este método Buchman recomienda:
Compresa entrecruzada de pecho:
rasgar en tiras una sábana blanca grande y sumergir estas tiras en agua
fría. Escurrirlas y aplicarlas en forma entrecruzada a través del pecho
y la espalda del paciente. Cubrir la compresa húmeda con tiras secas de
franela o lana.
El entrecruzamiento de las tiras permite que todas las
partes del pulmón reciban el efecto beneficioso del agua fría. Cambiar
las tiras frías cada 20 minutos o cada vez que se calienten o se sequen.
Si el paciente no reacciona bien, cambiarlas más a menudo. Este tipo de
vendaje puede dejarse puesto toda la noche. Para mantenerlo frío, agregar
sobre la compresa húmeda y debajo de la cubierta de lana una capa de seda
o plástico lubricado.
Masaje de fricción con agua fría:
lavar friccionando cada zona del cuerpo con agua entre fresca y fría.
Secar lo más rápido posible cada sector antes de pasar al siguiente. Repetir
la operación tres veces al día. Este lavado por sectores fue descubierto
por el doctor Gustav Nespor, quien llegó a determinar que cada
serie de masajes ejercía la misma acción terapéutica que un baño frío
de 8 minutos. A las personas que padecen de neumonía, este tratamiento
opera favorablemente sobre el estado de debilidad corporal.
Si el pulso es débil, aplicar una compresa fría a la
zona cardiaca cada 30 minutos.
Para la expectoración, aplicar una compresa caliente
húmeda o un emplasto caliente de mostaza. Las compresas actúan como suavizante
y disipan la congestión llevando sangre a la superficie de la piel, favoreciendo
además la relajación y la eliminación de mucosidades.
Renovar la compresa caliente cada vez que se enfríe.
Este tratamiento debe terminar con un suave masaje frío de fricción para
restablecer el tono de la zona. Se puede repetir todo el proceso cada
media hora. Estas mismas compresas son útiles también para el tratamiento
de la bronquitis, el asma de origen nervioso, la angina de pecho y otras
dolencias pectorales.
En ciertas neumonías -por ejemplo la bronquial o lobular-,
resulta también útil usar vaporizaciones y realizar gárgaras con una combinación
de agua caliente y glicerina (4 partes de agua por cada parte de glicerina).
Conviene beber mucha agua.
La dieta esta orientada además a beber líquidos de zumos
de fruta, caldos, leche, yogur y suero de leche.
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