Revista Digital de El Quinto Hombre

UN HOMBRE LLAMADO...

                                                    LEON GIECO - Nota II



SU NO RENUNCIAMIENTO Y SU SOLIDARIDAD

-         No, no es el tiempo. Pero quisiera tener una casa en Tilcara y un ómnibus, para quedarme dos, o tres días, junto al mar; o un día o una semana, en la montaña, se entiende; ¿que hago mientras tanto? y... compongo...o toco la guitarra...o grabo.


por Fabio Zerpa

         Lo que quiero hacer es retomar el viaje de Ushuaia a La Quiaca; realizarlo con otras posibilidades, no como la anterior con una compañía grabadora detrás, que nos hizo la vida imposible; con mucha gente, que pasó de todo; era un tremendo delirio. Quiero ahora autofinanciarlo con un unipersonal que recoja el arte argentino de todos los tiempos, videos de historia argentina; no sé, lo estoy recién madurando. Iríamos en un ómnibus, haríamos un recital en un lugar, le pagaríamos a la gente, y luego seguiríamos camino, haciendo este trabajo...

-         Antropológico

-         Sí, antropológico, porque dejaríamos un banco de datos para los estudiantes, en lugares educacionales, seguros y convincentes; no como pasó hace un tiempo con Leda Valladares, que todo su trabajo, excelente por cierto, no quedó nada; porque ella, también una delirante como yo, no se quedó con duplicado de nada, y se perdió toda su extraordinaria labor documental. Bueno, ahora está la computación; yo quiero dejar a todos los chicos la cultura general de todas las provincias; diez poetas, diez escultores, diez pintores, diez músicos y el paisaje de cada lugar, con reportajes a los alfareros, a los artesanos; con una visión cultural, lo más completa posible, de cada provincia argentina.(Todo esto lo dice con una fuerza, voluntad y convicción realmente admirables) Pienso ir en ese ómnibus, ( que tengo que comprar aún), para ir, por ejemplo, a Jujuy (se nota que le gusta y la ama), instalarme en el tiempo justo, entre noviembre y abril, porque en esos momentos están los carnavales, las zicuriadas hacia la montaña (encuentros con el famoso y particular instrumento norteño), la fiesta de la vidala en Punamarca (otra canción popular folklórica argentina). Ese ómnibus sería una casa rodante, implementada con todos los adelantos técnicos de ahora (los enumera uno por uno e indicando la facilidad con que se puede hacer; increíble la tenacidad con que expone todos los conceptos); entonces vendría, de uno en uno, toda mi familia a verme y que estuviera bien cómoda (otra vez el lazo fuerte de su vida); yo, con los músicos, tendría que venir a Buenos Aires para hacer recitales (tengo muchos compromisos adquiridos), dejando personal con instrucciones para que siguieran trabajando en lo nuestro.


"Los Moscos", primer grupo musical de León en Cañada Rosquín


-         En toda esa solidaridad y realizaciones culturales que se mueven en ti, siempre hay un espíritu empresario notorio.

-         Siempre llevé mi carrera artística con posibilidades económicas; nunca viví mal; desde el primer disco que grabé, fui ganando y mucho, pero sin malgastar; invirtiendo para nuevos proyectos y dando siempre a los otros. Por ejemplo, con mis ganancias les hice una casa a mis padres, después a mi hermana porque se casaba; me hice una casa para mi mujer (la siempre nombrada Alicia, su compañera de siempre) y luego otra para mí; la construí al lado de mi hermana, en mi pueblo, frente a la plaza, para nosotros dos; después le compré otras para cada una de mis hijas y un departamento para las nietas; siempre la familia, digámoslo. (se nota su orgullo, su triunfo para los otros, para ese hermoso clan que tanto cultiva)

-         Después fuiste extendiendo tu solidaridad a otros.

-         Claro, porque me siento muy bien haciéndolo. Por ejemplo, yo puedo llenar un Luna Park (el auditorio más famoso de Buenos Aires, con capacidad para 30.000 personas), me aplauden con gran aprobación; es muy importante; salgo del camarín, vas al escenario, gozas muchísimo, tocando y percibiendo al público, sientes eso profundamente; pero, mañana, viene Serrat o Diego Torres y hacen lo mismo; entonces no es tan importante. Lo que yo siento que es realmente importante, es hacer algo que le sirva a alguien, el ayudar, el apoyar a un ser humano; el trabajo fundamental es ése. Desearía no tener más ninguna necesidad económica para poder tocar y hacer música para la gente que lo necesite; esa sería mi gran meta. Cuando voy a hacer algo por alguien, es la gran ventaja que tenemos;  lo espiritual es enorme; él sentirme realmente muy pero muy bien; en realidad, se te va formando un aura de protección, que uno la siente cuando voy caminando por la calle; la gente me saluda, no con admiración sino con amor; lo sientes, lo percibes; y lo hace el basurero, el carpintero, el estudiante, la ama de casa, el ejecutivo; sientes una especie de protección; es más, un día un ladrón me asaltó en la calle y cuando me reconoció me dijo "NO A TI NO TE PUEDO ROBAR"; hasta en ese suceso te sientes, con una caparazón, una cobertura, que yo pienso se debe a lo solidario


Primer foto que le sacaron cuando
llegó a Buenos Aires, a los 18 años


-         Has hecho muchos trabajos solidarios, que algunos se conocen y otros no.

-         Si, es verdad. No me importan si toman estado público.Te doy un ejemplo; una pareja me viene hablar que necesita siete mil pesos para poder operar de la médula a su hija en Cuba, porque en la Argentina no se podía hacer. Organizamos un recital,  sacamos nueve mil pesos, se los dí, se salvó y ahora viene a mis presentaciones, la veo en la platea sentada y me digo "CON TAMPOCO SE SALVA UNA VIDA, CON UN SOLO RECITAL"; si tomáramos conciencia que con tan poco se puede hacer tamto; para mí eso ya es suficiente. Lo mismo me pasa cuando viene la gente del Hospital Infantil Garrahan y necesitan un aparato sofisticado para los niños hidroencefálicos, que tienen posibilidades de muerte todo el tiempo. Hice una canción publicitaria, me dieron sesenta mil pesos, y fueron directos al hospital. De vez en cuando me llama una doctora y me dice, por ejemplo "SU APARATO HIZO LA OPERACIÓN NUMERO 35"; pienso, fueron 35 niños que salvamos de la muerte; me pregunto ¿HAY ALGO MÁS PODEROSO QUE ESO?; no existe, no existe; ni ningún Luna Park lleno se equipara a la dimensión de este tipo de cuestión; bueno, eso es lo que yo siento. .

-         Tu mujer Alicia tiene que tener un sentido de comprensión realmente fabuloso. Debe haber una tolerancia muy especial. Recuerdo tu anécdota cuando caminando  con ella por la calle Corrientes de Buenos Aires, la calle del arte y de los teatros, pasando frente a un edificio en construcción,  viste en la parte de arriba una casita del sereno y dijiste "QUE FABULOSO VIVIR AHÍ, CON ESA CASITA ME CONFORMO Y NADA MENOS QUE EN LA CALLE CORRIENTES"Y ella te dijo "estás loco, León".

-         Te cuento. En mi pueblo, era chiquito, ví una foto de esa calle sacada desde la Avenida Callao y se mostraba el Obelisco al fondo, a la cual le pusieron la cara de Gardel sonriendo; y dije "ese es el lugar"; el sitio que quería mi padre que fuera a vivir; no en un barrio, sino allí, en el centro de la gran ciudad y si fuera posible cerca del Presidente;  siempre me lo decía él; da la casualidad que cuando vengo a Buenos Aires vivo en una pensión en Moreno y Defensa, cerquísima de la Casa de Gobierno; hoy sigo prefiriendo vivir allí y no en una mansión lujosa de los barrios o ciudades aristocráticas que tiene el Gran Buenos Aires. Y es más, sigo votando, allí, en el. Centro, en el Colegio Nacional Buenos Aires, el numero uno; yo, un paisano del Interior; mientras que Alicia, que es de la capital, tiene que votar en cualquier lugar, a veces terrorífico. Estos son mandatos de mi padre, que fueron muy fuertes; era un gran borrachín pero supo guiarme muy, pero muy bien. (Y larga una carcajada estentórea, gozando el momento). Esta anécdota que conoces,  tiene que ver con todo esto.


Contratapa de su primer disco



-         ¿Qué hiciste cuando llegaste a Buenos Aires?

-          Yo llegué a Buenos Aires a los l8 años, casi 19, en 1970. Con eso cumplí el gran mandato de mi padre; estudié dactilografía y llegué a Bachiller. "Si no estudias y no sabes máquina, allá no te dan trabajo". Fui telexista de ENTEL, la compañía estatal de teléfonos; justo allí, en la avenida Corrientes y Maipú, en el corazón de la Capital, pero en el subsuelo (OTRA CARCAJADA PLENA Y TOTAL) Estando allí, grabo mi primer disco con el conjunto ARCO IRIS y GUSTAVO SANTAOLALLA, en el año 1971 que se llamaba LEON GIECO y producido por Gustavo; a él lo conocía por las revistas que pedíamos a Buenos Aires desde mi pueblo; en mis 17 años con nuestro  conjunto santafecino éramos  el soporte de JUAN Y JUAN, un dúo que tenía al gran baterista Drupi Giannello, quien nos incitó a ir a "la gran ciudad"; (SE EMPIEZA A REIR OTRA VEZ) Aunque parezca mentira, nosotros teníamos más éxito que la banda porteña; nosotros teníamos muchos fans, desde que ganamos un concurso en Galvez, cerca de mi pueblo. Increíble. Cuando vengo a la capital, Drupi me presenta a Santaolalla, que para mí era Dios en la guitarra, así que empiezo a perfeccionarme con él, en la academia que tenían ambos. Con Gustavo hubo una empatía desde el primer día y tenía unas clases muy particulares, haciéndome escuchar mucha música, de todos los ritmos. A él fué que le canté HOMBRES DE HIERRO, mi primera canción hecha en la pensión de Defensa y Moreno; yo no escribía en mi pueblo, empecé recién en ese lugar. Se la canté y le gustó muchísimo; así lo hice con otras y recuerdo que siempre me decía "QUE ERAN DISTINTAS, MUY ORIGINALES". Gustavo fue el primero en la Argentina en hacer producciones independientes y se largó conmigo; la distribuyó Music Hall, con lanzamiento paralelo, nada menos, que con Leff Zeppelin.(VUELVE A REPETIR LA PALABRA INCREÍBLE Y SE RIE ESTRENDUOSAMENTE).  Un día, yo ya estaba en un departamento en Sarmiento y Azcuénaga, mejor que la pensión; tomo un taxi y en la radio de él, justo pasando por Corrientes y Callao, escucho uno de mis temas grabados "EN EL PAIS DE LA LIBERTAD" Yo adoro Corrientes, desde Callao hasta el Obelisco, y justo allí, escucho un tema mío, ya grabado;  me quise morir. Le dije al taxista, bájeme aquí, pagué y empecé a caminar disfrutando y gozando increíblemente el super acontecimiento; ese mismo día, fui al empleo y renuncié; todos mis compañeros me decían "No, estás loco, esto es un trabajo seguro, etc., etc." Pero lo dejé. Sentí una liberación increíble; por eso me deleité con esa casilla del obrero de la construcción ubicada, allí, en Corrientes y Maipú; ése la goza muy bien,

-         Pero¿ no entiendo cómo te gusta, entonces, el stress?

-         Yo creo que hay dos stress. Es igual que el colesterol, el bueno y el malo. Este último es cuando estás pasado de revolución, el exceso, como en todas las cosas; el problema es con el pase de la raya, en las drogas, en el alimento, en mucho viaje, en todo. Está el otro stress, el que te organiza la vida, que tiene el movimiento; hay diez películas buenas para ver, no corres para verlas todas, eliges una o dos; como una porción de manteca, no un kilo de manteca; puedes fumar un cigarrillo, no un paquete entero. Estoy encantado con el estar activo, haciendo cosas puntuales, con movimiento de la mente, pudiendo así prever la arterioesclerosis, el mal colesterol, la artrosis. Cuando quieres más de lo más, ahí empiezas a perder, empezando a cruzarse los pensamientos como una gran telaraña


Una grabación con Charly García y Nito Mestre



-         Fuiste drogadicto; como saliste de ese horror.

                                                                                  

  CONTINUA NOTA III

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