Revista Digital de El Quinto Hombre

TIEMPO DEL HOMBRE.





La película cósmica que navega en mi sangre
Es un mundo infinito de fuerzas siderales.
Vino a mi tras un largo camino de milenios
Cuando, tal vez, fui arena para los pies del aire.

Luego fui madera. Raíz desesperada.
Hundida en el silencio de un desierto sin agua.
Después fui caracol, quien sabe donde.
Y los mares me dieron su primera palabra.

Después la forma humana desplegó sobre el mundo
La universal bandera del músculo y la lágrima.
Y creció la blasfemia sobre la tierra.
Y el azafrán, el tilo, la copla y la plegaria.

Entonces vine a América para nacer en Hombre.
Y en mi junte la pampa, la selva y la montaña.
Si un abuelo lleno galopó hasta mi cuna,
Otro me dijo historias en su flauta de caña.

Yo no estudio las cosas ni pretendo entenderlas.
Las reconozco, es cierto, pues antes viví en ellas.
Converso con las hojas en medio de los montes
Y me dan sus mensajes las raíces secretas.

Y así voy por el mundo, sin edad ni destino.
Al amparo de un Cosmos que camina conmigo.
Amo la luz, y el río, y el silencio, y la estrella.
Y florezco en guitarras porque fui madera.

Un genio llamado: ATAHUALPA YUPANQUI






LA OTRA CARA DEL HOMBRE

El Congreso de Brasil está a punto de votar un proyecto de ley que reducirá la superficie de la selva amazónica a un 50% de su tamaño actual.
El área a ser deforestada tiene más o menos 4 veces la superficie de Portugal y se proponen destinarla principalmente a la agricultura y al pastoreo de ganado. Toda la madera que se saque será vendida en el mercado internacional como "chips" (astillas) por grandes compañías multinacionales.
Lo cierto es que el suelo sobre el que crece la selva amazónica es inútil sin su cobertura selvática. Tiene una acidez muy alta y la regiones muy susceptibles a las inundaciones. En la actualidad más de 160.000 km2 de tierras deforestadas para la agricultura y ganadería yacen abandonadas y en el proceso de convertirse en desiertos. La reducción de la masa boscosa (para convertirla en astillas) también importará un significativo incremento de la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera, lo cual agravará la alteración climática que ya sufre el planeta.
Por si esto fuera poco las consecuencias para la cuenca mesopotámica argentina serían catastróficas, tal como sucedió cuando se realizó algo similar en todo el sur del Brasil; en otras palabras la inundación de Santa Fe del año 2003 no sería casi nada comparado con algo a esta escala.
Sencillamente, no podemos permitir que esto ocurra.

EL HOMBRE TIENE LA PALABRA.

 

El Quinto Hombre