Revista Digital de El Quinto Hombre

DESENREDANDO LA CRIN DEL TAI CHI CHUAN - Nota I

                                           
Por Augusto Alcalde (Argentina)




TAI CHI CHUAN, arte que debe su misterio, su envoltura de nubes y sombras al silencio característico y consecuente de sus pasos. Arte de la vida, no es compleja danza esotérica, ni arte marcial elitista e incomprensible.

Un punto es el nacer, otro el morir, en otro ambos son uno.

Es el encuentro con el Camino, cuando el mismo envuelve como rocío de aurora, como perfume de flor silvestre.

TAO es vacío sin nombre; misterio más profundo que el misterio.

Aquello desconocido no puede ser buscado; el Camino encuentra al caminante, allí uno muere, uno nace; queda solo en el Camino, un caminar sin caminante, sin huellas, sin horizonte.

Y así el Camino llegó como el súbito volar de una perdiz en un sendero de montaña.

Sencillo, como madera tosca, era un ser común salvo por sus ejes oblicuos y un ser extraño, felino andar; así vi a YUAN CHUEH, aquel chino que se cruzó en mi vida en aquella pequeña aldea de pescadores.

Una charla casual, una fruta compartida, abrió la puerta a una extensa relación en profundidad y en tiempo, en la que recibí la transmisión del Arte del Movimiento de la Escuela Interna; NEI CHIA, el TAI CHI CHUAN:

    Movimiento de la Suprema Esencia, o TAI CHI KUNG, desarrollo de la Suprema Esencia, su antiguo y real nombre, en su origen llamado también MIEN CHANG, Palmas de Lana por su énfasis en la suavidad.

YUAN CHUEH, monje taoísta del PO YUN KUAN, Monasterio de la Nube Blanca, era maestro de la desconocida Escuela Sureña de HUANG PEI CHIA, cuna del TAI CHI CHUAN.

¿Y que es el TAI CHI? ¿Que no lo es? No entiendo eso. Esta perfecto. ¿Pero que es?. El viento, la nube, un gato. ¿Puede aprender?. Barre tu pieza, arroja la escoba, abre la ventana y que el viento entre.

Y así, barriendo la pieza, llevado por el viento, fue aprendiendo a aprender, aprender a desconocer, aprender sin comienzo ni fin; aprender esta antigua y poética forma de Yoga Dinámico Chino y Arte Marcial, el arte de la Meditación en movimiento, nacida de las escuelas Taoístas CHUAN (Zen chino) en las que la observación es una disciplina, y la Naturaleza es una presencia viva.

Cuenta la tradición que el TAI CHI, el arte de lo espontaneo, creado en la edad de la caza y de la pesca, por el rey filósofo FU-HSI, creador del I – CHIN, el Libro de Las Mutaciones.

Luego en el periodo de los “Tres Reinos” (220 D.C.), fue recreado en el WU CHIN HSI, el juego de los Cinco Animales, por HUA-T´O, famoso naturalista y medico taoísta, que según se afirma vivió 120 años.

Pero es LI TAO TZU, Maestro de la Escuela WU TANG, quien sintetiza y depura la enseñanza y precisa y define las formas y elementos de la Escuela Interna (NEI-CHIA), durante el periodo de la Dinastía T´ANG (620 D.C.) asimilándola al Kalisadhana, Yoga Dinámico Indio creado por el Patriarca ZEN PRAJÑATARA.

Pero el arte del TAI CHI, con sus dos polos: el PA KUA (los 8 signos); el HSING I (La Forma De La Mente) y TSO CHAN (Meditación Contemplativa), permanece en secreto, oculto tras las nubes del Monasterio Taoísta WU TANG hasta comienzos de la Dinastía SUNG (1100 D.C.) Cuando CHAN SAN FENG, que según la tradición vivió 200 años, se convirtió en el primero en enseñarlo a un selecto grupo de alumnos, quienes divulgaron y a veces deformaron el Arte, apartándose de la Forma Original

Al nacer el hombre es blando y flexible
Pero en la muerte se vuelve duro y rígido
Hierbas y plantas nacen blandas y tiernas
Pero en la muerte se vuelven duras y secas
Por eso lo duro y fuerte, lo blando y flexible
Son amigos de la vida.
LAO TZU

TAI CHI, Yoga Dinámico Chino, síntesis de la filosofía y movimiento, nació de la profunda percepción de la Naturaleza y los animales; es Meditación creativa en movimiento; símbolo y arquetipo expresado a través del cuerpo y la totalidad del ser.

Basa sus formas en los movimientos de la Grulla Blanca (PAI HAO) y la Serpiente-Dragon (SHE-LUNG)

El más volátil de los seres y el más terrestre de los animales, Cielo y Tierra expresando sus características esenciales de atención, circularidad, fluidez, blandura y flexibilidad; la Serpiente y la Grulla danzando el movimiento de la vida.



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