Revista Digital de El Quinto Hombre

REFLEXIONES


por Amadeo Escandar
Argentina


El mundo material

El mundo material existe, pero ignora lo que es. Esa verdad la dice la inteligencia divina, pero no puede reconocer ni repetir su nombre, carece de vida propia, de espíritu, de amor. Alguien sabe desde cuando existe, tal vez desde millones de años, la demora del tiempo impide hallar su edad, inclusive mil transformaciones la disfrazan. Los seres materiales no son dueños de su actividad, no son libres dado que sus inteligencias no evolucionan más allá de un mundo reducido límite. Se asemejan a las abejas, que si bien construyen sus magníficos madrigales industriales y elaboran su rica miel, su mecanismo no varía. Trabajan lo mismo en el presente que cuando lo hacían en el tiempo de los griegos; no son dueñas de su actividad, ya que carecen de raciocinio, les resulta imposible rebasar el cause que Dios les señaló en su naturaleza. Oscuridad y nada más que oscuridad, es la nota característica del ser material.


El mundo espiritual

Es el que supera los límites que encierra el materialista y, el que por su inteligencia, da a luz el ser de las cosas. Es necesario tener cabal consciencia de la maravilla de la inteligencia. Muchas a fuerza de vivirla, la ignoran...
Es el sol que ilumina al ser del mundo y el ser propio, lo hace como si existiese de nuevo en la luminosidad, su acto. Sobre el mundo material, oscuro a sí mismo, que ES pero ignora lo que ES, se proyecta la luz espiritual de la inteligencia, donde su ser es iluminado e identificado en su especie. Por su inteligencia, por su espíritu, el hombre se distingue de los demás seres, y se ilumina a sí mismo por su propio ser: es dueño de ello por su consciencia. La luz de la inteligencia descubre el SER exterior e interior y al SER del hombre lo renueva como si fuese a vivir una nueva existencia luminosa en el campo de su consciencia. Por todas las dimensiones de su espíritu, el hombre está hecho para el ser. Verdad, Bondad, Belleza, Infinito y toda esa actividad, a través de la cultura, es una búsqueda constante, es una proyección hacia el maravilloso mundo cercano a Dios.


La esperanza

DIOS…; haz que el renacimiento de la esperanza se estimule a través de mis años. Creo que la esperanza no es un cálculo eterno, menos un contrato que rivalida con la potestad divina porque uno realiza el bien esperando la recompensa eterna. La esperanza que rivalida contra la desesperanza común de todos los mortales y, de esa incruenta pero horrible lucha, fundamentada en el despertar y en el amor que se da a los hechos, nace un comportamiento, una conducta, mediante el cual el mundo alcanza su único sentido.
Una vida concebida para el mal, la desolación, hiere el mal y agrede el corazón. La esperanza no es pues, una condición excelsa que cae sobre los hombres como una gracia de Dios, sino el camino escabroso de riesgos que algunos han elegido y cuyo destino, la vida, y el oficio de estar en este mundo, cobrarán su más elevada dignidad.
O será acaso, SEÑOR, que después de esta horrible, tediosa, penosa, odisea material, el espíritu nos traspone al maravilloso mundo más cercano a ti, donde converge la unidad espiritual.
Amén… Amén… Amén…
Yo quisiera DIOS, que me digas de alguna manera, como permites la vida de este mundo infame en donde el hombre, esa especie de bestia con inteligencia, cada día que transcurre aumenta el desprecio por su género y por todo lo que lo rodea. Como es posible mi DIOS, que el amor, ese valor tan sublime y propio de Tu reino, esté paulatinamente desapareciendo superado por el odio, la infamia, la muerte, el daño, atributos fatales generados por la mente del hombre que creaste… Los valores humanos se desprecian, el bien se critica, la maldad se aplaude, la perfidia se practica, el delito se gobierna, el hambre se dispone… y el pobre se perpetúa.
ES LA HORA DEL APOCALIPSIS, DISPONEDLO DIOS…
Evita tantas guerras inútiles y tanta guerra administrada...
El albedrío, que Tú nos diste, no es la vida que el hombre ha vilipendiado... ¿Es acaso el amor, la paz, el respeto, la bondad, la felicidad, son bondades de otro mundo inalcanzable en esta vida…? Dime DIOS si, desear la igualdad de condiciones entre los seres de la tierra…, un solo idioma universal…, el amor para todos, unidos como pétalos de rosa…, el respeto por los demás sistemas biológicos…, instaurar la música como viento del espacio eterno…, o es acaso que una mejor vida se logra después de la muerte…? Si fuera así, permíteme que el amor con que tanto sacrificio y afán forjé en mi hogar, continúe sin menguarse en la eternidad...

El Quinto Hombre