Revista Digital de El Quinto Hombre


UN FUTURO QUE NADIE QUIERE…

por César Reyes


"Lo falso, por mucho que crezca en poderío, nunca puede elevarse a la verdad", escribió Tagore. Pero, a buen seguro, el presidente norteamericano George Bush recién se está enterando ahora. En mal momento para él, claro, pero oportuno para el resto del mundo que, en cualquier idioma, habla de igualdad, fraternidad, libertad, paz y un futuro venturoso, con sinceridad.
En estos días, cuando todavía persiste la indignación popular a causa de la mentirosa "información" acerca de la existencia de un poderoso arsenal de armas de destrucción masiva que sustentó el argumento de la administración Bush para invadir Irak - desoyendo la negativa de la ONU -, se tuvo conocimiento de un informe secreto elaborado por el Pentágono, y por supuesto silenciado para el resto de los simples mortales, que advierte sobre una catástrofe climática mundial para los próximos veinte años. Se trata de hecho de un pronóstico decididamente aterrador que bien podría llevar a la humanidad al límite de la anarquía, en un escenario donde las guerras se librarían en razón de la supervivencia. El informe, obtenido y publicado por The Observer, menciona, hacia 2007, violentas tormentas que destruirán las barreras costeras de grandes zonas de los Países Bajos haciéndolas inhabitables, y afectando asimismo la región del río Sacramento, en California; hacia 2010, grandes sequías afectarán a Europa y Estados Unidos, que vivirán un tercio más de días con temperaturas superiores a los 40º C; entre 2010 y 2020, Europa sufrirá una caída brusca de la temperatura, convirtiendo el clima de Gran Bretaña semejante al de Siberia. Entretanto, desde luego el acceso al agua se convertirá en un verdadero campo de batalla que pondrán al Amazonas el Danubio y el Nilo entre las zonas de alto riesgo. Las megasequías afectarán las regiones más productivas del mundo y en consecuencia la capacidad de mantener a la población mundial se reducirá significativamente, lo cual llevará a las zonas ricas como Estados Unidos y Europa a erigirse como una suerte de fortalezas que cerrarán sus puertas a los millones de inmigrantes que querrán ingresar empujados por la hambruna.

Por supuesto, la causa de este catastrófico futuro que nadie quiere es bien sabida: es el calentamiento global producido fundamentalmente por los gases contaminantes que liberan las industrias, potenciando así el efecto invernadero. Y, como también es bien sabido, los Estados Unidos lideran cómodamente el ranking de contaminadores (seguidos por China, India, Rusia y Japón, del segundo al quinto lugar respectivamente) toda vez que son responsables de la emisión del 25 % del total de los gases tóxicos del mundo.
Sin embargo, según el muy particular razonamiento del señor Bush el calentamiento global es un fraude, e incluso niega que existan cambios climáticos, con lo cual se ha resistido a firmar el protocolo de Kyoto (tratado internacional que obliga a los países signatarios a reducir la producción de gases contaminantes que causan el calentamiento del planeta). Pero, al parecer, o el presidente norteamericano vive muy confundido y se equivoca a menudo - como con el asunto de las armas de Irak - , o bien habrá que prestar atención a quienes opinan que simplemente está ignorando las pruebas para conformar a un grupo de grandes empresas petroleras y de electricidad.
En cualquier caso, el presidente del país más poderoso del mundo debería leer de vez en cuando a Confucio: "El hombre más noble se aplica al conocimiento de su deber; el hombre inferior piensa solamente en hacer dinero".

 

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