Fabio Zerpa ¿tiene razón?

Oscar Muñoz
Diario BAE.COM , 6 de Enero 2015

El histórico investigador del fenómeno OVNI refuta las declaraciones de la CIA atribuyéndose responsabilidad

Contradiciendo el espíritu entre zumbón y justiciero del estribillo pop que cantaba un ochentoso Andrés Calamaro, la CIA difundió a fines de año en su cuenta oficial de tuiter que los avistajes de Objetos Voladores No Indentificados (Ovni) detectados en los cielos hacia los años 50 serían aviones de reconocimiento de los Estados Unidos. Según esta versión de la agencia de inteligencia, sustentada en un documento adjunto sobre un programa secreto en desarrollo por la época, las aeronaves  volaban a una altitud de 18.000 metros cuando la altitud estándar era de 12.000. “¿Recuerdan los fenómenos extraños en el cielo de los años 50? Fuimos nosotros”, escribieron casi textualmente en su perfil de la red social.

Pero Fabio Zerpa, el veterano investigador del fenómeno OVNI,  tiene sus razones para desconfiar y pasar al contraataque en la cuestión.

“Es una falsedad total, pero la lógica militar de Estados Unidos indica que nadie puede tener una tecnología superior, entonces tienen que salir a decir que fueron ellos”, evalúa.

Ya lanzado a la polémica, Zerpa se esmera en marcar contradicciones entre esa tardía declamación de  superioridad y la desclasificación de los archivos referidos al tema, como el famoso y controvertido “incidente Roswell.”  Se refiere al relato de la caída de una supuesta nave extraterrestre en el Desierto de Nuevo México (1948) y la recuperación de una docena de cadáveres humanoides, a los que se les habría practicado una autopsia. El caso alimentó una profusa bibliografía que se reparte entre lectores convencidos y escépticos.

“Claro que la autopsia no es lo que puede verse en el You Tube –aclara–. Pero sí sabemos que  reveló la conformación antropomórfica de los extraterrestres, que en un contexto determinado hasta podrían confundirse con seres humanos”, estima.

Zerpa también tiene sus propias interpretaciones sobre los orígenes de estos visitantes, a los que les atribuye tres posibles procedencias: “viajeros del espacio, de mundos paralelos o viajeros del tiempo”. Cita a Carl Sagan para calcular que “en 100.000 millones de mundos plantea que exista un millón de civilizaciones que se comunican con nosotros”, refiere.

El pionero en la investigación del fenómeno OVNI en el país siempre subraya el carácter pacífico de esta migración estelar –o temporal o ambas.

“No existe ningún concepto de invasión –precisa, acaso para contrarrestar la influencia de películas del rubro como la muy  difundida Día de la Independencia–. En cambio, si ponemos a Bush conduciendo la misma historia, ahí sí que estamos en problemas”, ironiza.

En esta era digital, en que el tema OVNI no luce y  hasta aparce pasado de moda (como la canción de Calamaro, por caso) y con escasa  presencia en los medios, Zerpa refuta que su archivo personal se enriquece permanentemente con nuevos testimonios.

“La gente se anima a contar mucho más que antes, cuando podía ser tildado de loco, y con los teléfonos celulares, cualquiera puede tomar una foto de un paisaje, en la que no hay nada y después resulta que se identifica una presencia extraña”, destaca.

Finalmente, confía en que el acercamiento previsto en la recordada Encuentros cercanos…, de Steven Spielberg,  “que parecía una utopía, se va a cumplir, ya está pasando, nos están contactando y enseñando a través de la telepatía”, y hasta le pone fecha para el 2050.

¿Tendrá razón?

Encuentro Cercano del Tercer Tipo

Para los aficionados a la materia, el nombre de Dionisio Llanca es sinónimo del caso emblemático de abducción de persona sucedido en Argentina. Es la historia de un camionero que en 1973 conmovió al país contando haber sido transportado a una nave extraterrestre por tres entes de aspecto humanoide que le practicaron una serie de experimentos indoloros, como la extracción de gotas de sangre mediante una punción.

Fabio Zerpa estuvo entre los primeros que se trasladó a Bahía Blanca, ciudad de residencia del protagonista, para investigar in situ y develar, tras varias sesiones hipnóticas, la versión más divulgada del fantástico episodio que aún apasiona a los fans del fenómeno OVNI.